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Entrevista:

"Enamorarse es activar 20 o 30 conmutadores en el cerebro"

Marvin Minsky, de 71 años, pionero y principal teórico de la inteligencia artificial, viste ropas arrugadas remendadas con cinta aislante y ocupa un importante puesto docente en el prestigioso centro universitario estadounidense Massachusetts Institute of Technology (MIT). Además de inventar y construir máquinas que piensan, ha escrito libros y novelas en torno a lo que es la inteligencia.Pregunta. En los años sesenta, los estudiantes de ciencias, en particular los del MIT, hablaban de la inteligencia artificial (IA) como si fuera a dar lugar a una revolución. ¿Eran demasiado optimistas?

Respuesta. Bueno, se atascó. La IA era capaz de producir todo tipo de cosas estupendas...programas que funcionaban mejor que los agentes de bolsa, programas que podían arreglar piezas de equipos. Hacia 1980 el progreso se detuvo en cierta forma y la gente se dispersó en otras direcciones para tratar de encontrar alguna vía de volver. Se paró porque ya habíamos hecho las cosas fáciles. Desde el punto de vista de la eternidad, se ha detenido sólo un momento. Un buen ejemplo es, en 1964 o 1965 uno de nuestros estudiantes, Daniel Bobrow, ahora vicepresidente de Xerox Corporation, escribió un programa que podía leer una pregunta de un libro de álgebra de bachillerato y, algunas veces, resolver el problema. No podía resolver la mayor parte de los problemas porque no conocía las palabras. La gente trató entonces de encontrar un programa que pudiera leer un libro de cuentos, pero lo que sucedió fue que tan pronto se mencionaba algo que el programa desconocía se estropeaba. Un estudiante tenía una historia sobre la hija de alguien que era secuestrada por la mafia, que pedía un rescate. Así que le preguntaba al programa: ¿Qué debemos hacer? y el programa no lo entendía, hasta que preguntó a su vez: "¿Por qué alguien iba a pagar dinero para recuperar a su hija?". Que yo sepa nadie ha podido hacer que una máquina resuelva problemas expresados de forma informal, como los expresaría una persona normalmente.

P. ¿Cómo se define el sentido común?

R.El sentido común es conocer quizá 30 o 50 millones de cosas sobre el mundo y tenerlas representadas de tal forma que cuando pasa algo, puedas hacer analogías con otros acontecimientos; las cosas no se clasifican literariamente, las almacenas según su utilidad y según los recuerdos que te traen. Por ejemplo, yo puedo ver esa maleta (ahí en el rincón) como algo en lo que subirme para cambiar una bombilla en vez de como algo en lo que puedo llevar cosas.

P. ¿Podría hacer que las máquinas traten con los intangibles humanos?

R. Es muy tangible lo que estoy citando. Por ejemplo, se puede empujar algo con un palo, pero no se puede tirar de algo con un palo. Se puede tirar de algo con una cuerda pero no empujarlo. Eso es sentido común. Y ningún ordenador lo tiene. Ahora mismo estoy escribiendo un libro y estoy pensando en cosas como ¿qué es el dolor? ¿qué es el sentido común? ¿qué es el amor?

P. ¿Qué es el amor?

R. Bueno, ¿qué son las emociones? Son grandes conmutadores y hay centenares. Se puede pensar en el cerebro como en un supermercado de comutadores que se pueden utilizar para fines diferentes. Enamorarse es activar 20 ó 30 de éstos y desactivar muchos otros. Es una disposición particular. Para comprenderlo se debe saber algo sobre los recursos del cerebro, los tipos de distribución que son compatibles y qué pasa cuando se activan varios y entran en conflicto. Enfadarse es otra colección de conmutadores.

P. En la película 2001:una odisea del espacio, un ordenador denominado Hal se mostraba mortalmente celoso de sus compañeros espaciales, astronautas humanos. ¿A cuánta distancia estamos de la máquina celosa?

R. Podríamos estar a cinco minutos de ella, pero sería tan estúpida que no nos daríamos cuenta. Aunque Hal sea ficción, ¿por qué no podría ser celoso? Tenemos una discusión mi amigo John McCarthy y yo porque él piensa que podremos hacer máquinas inteligentes sin emociones humanas. Pero yo creo que va a haber que impedir que las adquieran en cierta medida y tengan necesidad de controlar cosas. Porque para resolver los problemas hay que disponer de recursos y si son limitados...

P. ¿Cree que la NASA gasta dinero en balde al insistir en utilizar seres humanos en la exploración espacial?

R. No es que gasten dinero en balde, es que gastan todo el dinero en balde.

P. ¿Si usted dirigiera la NASA, cómo lo haría?

R. Tendría una estación espacial, pero no tripulada.Y llevaría allí algunos robots, no inteligentes, sino controlados a distancia, con la posibilidad de sentir lo que hacen. Luego construiría telescopios y otras cosas y exploraría la Luna y Marte por control remoto. Nadie le encuentra mucho uso al espacio. Lo más claro es hacer enormes telescopios para ver el resto del universo.

P. ¿Por qué el programa tripulado es tan importante en la NASA?

R. Porque la gente de la NASA está básicamente preocupada por perpetuarse. Forman una gran organización y la parte mayor es Houston [el centro espacial Johnson] y hay que alimentarla y lo que Houston sabe hacer es poner hombres en el espacio. El Jet Propulsion Laboratory [JPL, encargado de las misiones planetarias] es mucho más pequeño, tiene menos gente y sabe hacer todo lo demás. Pero yo creo que a la gente le excita más Sojourner [el robot dejado en Marte el año pasado por la sonda Mars Pathfinder] que los astronautas.

P. ¿Cuándo va al cine, que películas ve?

R. Terminator, Desafío total, que tenía ideas sobre memoria implantada. Bastante torpe, pero me encantó la ingeniería.

The NYT News Service.

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