"La doble fila se combate, sobre todo, con educación"
José Manuel Morales lleva 16 de sus 39 años de policía municipal. Ha sido oficial y subinspector. En 1991 colgó el uniforme para convertirse en director de servicios, cargo de confianza del concejal del PP de Seguridad. Su labor consistió en servir de enlace entre los políticos y los agentes. Desde el 1 de julio ha vuelto a vestirse el traje azul. Pero ahora para desempeñar el cargo de jefe. Es abogado y tiene dos hijos.Pregunta. ¿Qué ha significado el cambio para usted? Respuesta. Es una renovación de la confianza que ya había tenido del actual equipo de gobierno. Soy un profesional de la casa que conoce la Policía Municipal por dentro.
P. ¿Es importante para eso haber estado en la calle?
R. Para ocupar este puesto hay que aunar formación y conocimiento. Y haber estado en la calle te ayuda a aportar un enfoque realista de la situación.
P. Su nombramiento fue polémico. La oposición y los sindicatos denunciaron que el jefe de la Policía Municipal sea alguien elegido a dedo y no mediante un concurso-oposición.
R. No me gusta hablar de esas decisiones políticas.
P. ¿Cuándo va a entrar en funcionamiento la unidad especial de agentes encargados sólo de acompañar a la grúa?
R. En un cuerpo tan grande como éste, y en una ciudad tan enorme, hace falta una cierta especialización. No todos los policías pueden dedicarse a todo. Es necesario que haya unidades especializadas. Y la de la grúa servirá para coordinarse mejor. Pero todavía no hay fecha.
P. Los ciudadanos se quejan de que la grúa pilla coches que no molestan, pero que son fáciles de atrapar.
R. Las actuaciones de la grúa nunca son arbitrarias. Nunca se va a llevar un coche que está bien aparcado. Y lo de molestar es relativo: a veces no estorba el tráfico, pero está en una zona de carga y descarga.
P. ¿Se premia a los agentes que más coches cazan con la grúa?
R. Hay un reconocimiento del trabajo bien hecho, como en todos los sitios. No se le puede dar más dinero ni más días libres, pero sí hay una valoración del mando hacia esas personas. Lo que pasa es que, cuando ese criterio se aplica a la grúa, el tema se desorbita.
P. ¿Cuándo va a entrar en funcionamiento la grúa con cámara de televisión incorporada para que los agentes no tengan que desplazarse?
R. No hay fecha decidida, pero sí está claro que la policía debe aprovechar la tecnología moderna para dar nuevos servicios. Si conseguimos hacer nuestro trabajo con esos métodos, hay que aprovecharlos. Está más adelantado lo de adaptar un sistema de localización vía satélite en patrullas.
P. ¿En qué consiste eso?
R. En localizar los coches vía satélite para tenerlos en cualquier momento perfectamente situados en un mapa, como pasa con los barcos. De esta forma, no tendremos que preguntar por radio en qué calle están los vehículos para enviarles a un servicio. Será automático. Para eso hay que colocar un chip en el coche patrulla. El sistema proporciona mucha información, incluso si las puertas están abiertas o cerradas, cuántos kilómetros han recorrido, si los policías están dentro o no...
P. ¿Y gustará a los policías?
R. Sí, porque mejorará su seguridad. Si tienen un incidente en una intervención conoceremos en qué sitio están.
P. ¿Cuánto costará?
R. Esto de los satélites se ha abaratado mucho. Calculamos que todo puede salir por 300 millones de pesetas. Este dinero incluye la instalación de los chips en los 380 coches y 360 motos de la Policía Municipal. Luego se podría ampliar a los coches de los bomberos y a los del Samur. Esto servirá también para gestionar mejor el servicio. Antes de final de año ya funcionará en cinco coches de forma experimental.
P. ¿La nueva ordenanza municipal, que entra en vigor en octubre, va a afectar mucho al trabajo de los policías municipales?
R. No. El reglamento general de circulación no va a cambiar mucho, ni tampoco las infracciones. Lo más importante es que la grúa podrá actuar en las zonas ORA.
P. ¿Los 5.300 agentes son suficientes para Madrid?
R. Madrid es una ciudad complicada. Nos gustaría estar presentes en más sitios, con más patrullas en la calle. La plantilla aprobada por el pleno es de 6.000 agentes. Y a eso se tiende con promociones anuales de hasta 500 policías. Pedimos mucho porque se confía en la Policía Municipal. El número de llamadas de los vecinos a este servicio crece de año en año. Y esto es un reflejo de que está presente y se espera respuesta de nosotros. Pero, qué duda cabe, nos gustaría contar con más.
P. ¿Por qué motivos llama la gente al 092?
R. Para todo tipo de cosas, incluso para denunciar los desperfectos en la vía pública. Eso es un reflejo de que el ciudadano cada vez exige más calidad de vida. Antes, los ciudadanos no se preocupaban, o creían que eso se solucionaba sin su aviso. Hoy en día no es así y el vecino llama a la policía porque ve bancos rotos o papeleras caídas. Todas las llamadas se atienden y se comprueban. P. ¿Hay algún plan para poner más agentes en los cruces y paliar así los problemas de tráfico?
R. Yo, en esto del tráfico, siempre digo una cosa: allá por el año 83, y no quiero entrar en matices políticos, se decía que el gran colapso circulatorio de Madrid estaba cerca, que ya llegábamos a la debacle. Leíamos: "El atasco final está cerca". Y yo creo que nos hemos alejado mucho de ese atasco final. En esta ciudad se han hecho obras importantes que han mejorado el tráfico. Y la Policía Municipal también responde. Para eso hemos dotado a los agentes de movilidad, dándoles motocicletas que permiten una respuesta rápida. El tráfico en Madrid es complicado, porque tenemos la estructura viaria que tenemos: no hay grandes ejes quitando la Castellana. Y a pesar de que sigue existiendo la doble fila, creo sinceramente que el tráfico ha mejorado.
P. ¿Cómo se pelea precisamente contra la doble fila?
R. Sobre todo, con educación. Hay que hacer saber que cuando uno entorpece el carril-bus está estorbando a todos. Luego hay que continuar con la presencia policial y terminar con las sanciones. Es necesario profundizar en estas tres cosas, pero hay que tener en cuenta que la policía no puede estar en todos los sitios a todas las horas. Contamos con medios algo limitados para las necesidades que se nos presentan.
P. ¿Cuántos radares para controlar la velocidad hay ahora en Madrid?
R. Cuatro. Y los cuatro están en coches.
P. ¿Y se van a incrementar?
R. Sí. El año que viene queremos contar con dos más, que podrán ser móviles y fijos.
P. ¿No es insuficiente?
R. No lo creo.
P. ¿Qué criterios se siguen para instalar un radar en determinada calle?
R. Lo primero, las quejas que recibimos de directores de colegios o de comunidades de vecinos, o en escritos que le llegan al concejal. Si en ellos se dice que por determinadas calles los coches van muy deprisa, pues instalamos ahí un radar. En segundo lugar, se colocan según criterios puramente policiales, como ir a una calle en donde se producen muchos accidentes por exceso de velocidad.
P. ¿Qué tanto por ciento de policías destina Madrid a labores propias de desempeñar la capitalidad de la nación? R. Es difícil cuantificarlo. Pero, sin ir más lejos, existe una unidad de 300 personas dedicada exclusivamente a escoltar en moto a personalidades que visitan la ciudad. Cuando no están en esto vigilan el tráfico. Pero además hay que controlar los vados de las embajadas y las juntas de accionistas, por ejemplo, de bancos importantes. Son mil y un detalles. Se hace con gusto, porque es nuestra obligación, pero sin duda cuesta dinero. La cobertura de la reunión de la OTAN costó 1.500 millones de pesetas.
P. ¿Se va a potenciar la unidad de Asuntos Internos?
R. Lo que se va es a hacer es reclutar gente nueva, independiente y especializada, para que se encargue de investigar los expedientes y defender a los agentes.
P. ¿Hay corrupción en la policía?
R. Como en todo colectivo numeroso, hay personas que no cumplen su cometido. Pero son casos aislados y mínimos. P. ¿Está valorada la policía por los ciudadanos?
R. Creo que sí. Pero no hay que olvidar que llevamos a cabo operaciones que no nos granjean muchas simpatías, como la de la grúa o la de perseguir la venta ambulante. Ganas más simpatía de otra forma, pero somos una policía integral que tiene que actuar en muchos frentes. Ahora bien: puedo decir que nos llegan más cartas de agradecimiento que de queja.
P. ¿Abunda el absentismo laboral?
R. No lo creo. A veces se confunde esto con los días libres, pero el policía municipal hace las mismas horas que cualquier otro funcionario, aunque repartidas de otra manera. Hombre, en un colectivo de esta entidad se producen bajas porque las intervenciones son complicadas y hay accidentes. El trabajo es duro. Hay un grupo de gente joven que sufre bajas de corta duración. Por lo general, es gente destinada a unidades en las que el trabajo es duro: gente que está regulando el tráfico en invierno, que se moja, que se cala los pies... O gente que está destinada a unidades que se ocupan de reyertas, peleas, atracos. Y ahí se sufren lesiones a veces.
P. Se habla de que se va a reordenar la estructura interna del cuerpo.
R. Sí; pero eso es decisión del concejal de Circulación, José Ignacio Echeverría.
P. ¿Cuál es su objetivo como jefe?
R. El gran objetivo de la Policía Municipal es su labor preventiva, sobre todo en educación vial y en controlar la venta de alcohol a menores. Es algo a lo que nos hemos dedicado con mucho ahínco Y creo que eso se está consiguiendo.
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