Dos niños de 7 y 8 años, acusados de matar a una niña de 11 por una bicicleta
Condenados en Arkansas los dos menores que abatieron a otros cuatro y a una profesora
Son los dos sospechosos de asesinato más jóvenes de la historia de EE UU: tienen 7 y 8 años y están acusados de apalear y asesinar a una niña de 11 que montaba en una bicicleta Road Warrior último modelo. La policía de Chicago asegura que los menores lanzaron piedras contra la niña hasta que le golpearon en la cabeza y perdió el conocimiento; más tarde provocaron su muerte por asfixia al introducir en la boca de la niña su propia ropa interior. Después del crimen, uno de los niños se fue a jugar con un muñeco y el otro se marchó a su casa en la bici a ver dibujos animados.
El pasado lunes los dos niños acusados del asesinato de Ryan Harris se sentaron en el banquillo del tribunal de menores con los pies colgando: son tan pequeños que no llegan al suelo con los zapatos cuando están sentados, ni siquiera en unos bancos diseñados para menores. Uno de ellos pasó la sesión mordisqueando una barra de caramelo y el otro dibujaba casas y corazones en una hoja del bloc de su abogado. "¿Voy a ir a la cárcel?", fue la única frase que el mayor de ellos pronunció durante la sesión. El abogado del niño de 7 años tuvo que ponerle de pie en el banquillo para que uno de los testigos pudiera ver su cara.Un detective de la policía de Chicago narró ante la juez la reconstrucción policial de los últimos momentos de la vida de Ryan Harris, alumna brillante que de mayor quería ser médica. Su cuerpo fue descubierto desnudo de cintura para abajo en unos matorrales del barrio de Englewood, en las afueras de Chicago.
La policía asegura que los niños lanzaron piedras contra Ryan porque la niña montaba en una bicicleta que ellos envidiaban. Una de las piedras -lanzada por el niño de 7 años- golpeó a Ryan en la cabeza; la niña cayó de la bicicleta y perdió el conocimiento. Arrastraron a la niña hasta unos matorrales y comenzaron a "jugar con su cuerpo", según la declaración de los menores. Cuando estaba inconsciente le quitaron los pantalones cortos y la ropa interior, que luego introdujeron en la boca de la niña; fue precisamente su ropa interior lo que provocó la muerte por asfixia a la niña.
Los datos del forense confirman que un objeto fue introducido en los genitales de la niña, aunque en principio los presuntos autores no están acusados de ningún delito sexual.
Relatos delatores
La policía encontró el cuerpo de la niña un día después de su desaparición el 27 de Julio. Varios agentes interrogaron a decenas de niños del barrio, incluidos los dos posteriormente detenidos. Uno de ellos contó que había visto a la niña hablar con un "señor mayor" el día que desapareció. Cuando la policía volvió a interrogar a los dos menores, fue sencillo descubrir que sabían más de lo que habían contado porque dieron datos que sólo podían conocer los autores de los hechos.Sabrina Harris, la madre de la víctima, acudió el lunes al tribunal de menores con la intención de ver a los dos presuntos autores de la muerte de su hija, y se negaba a aceptar que dos niños tan pequeños pudieran haber cometido el crimen.
En la sesión en la que el juez debía decidir el futuro inmediato de los niños sólo hubo un momento en el que uno de ellos pareció entender lo que estaba pasando. Cuando el magistrado anunció que había suficientes pruebas como para que los menores fueran retenidos en un centro especial, el niño de 8 años se llevó el caramelo a la boca y no mostró ninguna emoción, pero el de 7 empezó a llorar mientras trataba de decir frases que el llanto hacía ininteligibles.
Según el diario Chicago Tribune, la policía cree que el crimen no fue premeditado, aunque también investiga otros crímenes sin resolver en esa zona por si los niños pudieran estar implicados en ellos. El abogado de uno de los acusados trató de convencer al juez de que los menores "no saben lo que es matar".
La decisión del juez de iniciar un proceso criminal contra los niños abre un proceso legal sumamente complicado. Son demasiado pequeños para ser enviados a un centro de menores, donde sólo se aceptan a los mayores de 10 años. Pueden quedar en libertad condicional o ser enviados con sus familias con la obligación de someterse a un tratamiento psiquiátrico, o pueden también ser recluídos en un centro médico similar a la residencia psiquiátrica en la que están pasando estos días.
En todo caso, siempre quedarán libres a los 21 años, que es la edad fijada en el estado de Illinois como límite para las condenas de crímenes cometidos por niños que no han cumplido la mayoría de edad penal.
Por otra parte, ayer se celebró en un tribunal de menores de Jonesboro (Arkansas) la vista oral contra los dos niños de 14 y 12 años acusados de matar a cuatro alumnos y una profesora de su colegio. Los hechos ocurrieron el 24 de marzo: hicieron sonar la alarma de su colegio para hacer salir a los estudiantes y profesores, y dispararon contra ellos desde un parque cercano. El juez los declaró ayer culpables. A última hora se desconocía la condena, pero como máximo ambos serán internados en un centro de menores hasta que queden en libertad a los 21 años.
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