Una bomba contra la oposición iraní causa tres muertos en Bagdad

Una bomba, accionada a distancia, estalló el pasado viernes en el centro de Bagdad causando tres muertos y 13 heridos. El atentado estaba dirigido contra militantes de la oposición iraní refugiada en la capital iraquí, según aseguró ayer un comunicado emitido por los Muyahidin al Jalq (Combatientes del Pueblo), la organización armada más importante que lucha contra el régimen de los ayatolás. El artefacto hizo explosión en la calzada de la calle de Saadún, una de las arterias más comerciales y concurridas de Bagdad, al paso de un coche oficial propiedad de los Muyahidin, cuando éste se dirigía a la sede de la organización, situada a menos de un kilómetro.Tres iraquíes que se encontraban cerca del lugar del atentado fueron alcanzados por la onda expansiva y murieron en el acto, mientras que otras 13 personas, entre ellas 11 viandantes y dos miembros de la oposición iraní, resultaron con heridas graves, por lo que tuvieron que ser ingresadas en un hospital cercano.

Con éste, son 65 el número de atentados que se han registrado en Irak contra la oposición iraní en los últimos seis años. El pasado día 2, un vehículo de esta misma organización de la oposición logró escapar sin daños de un atentado similar perpetrado con misiles anticarro, también en las cercanías de su cuartel general de Bagdad.

El atentado coincide con el décimo aniversario del fin de la guerra entre Irak e Irán, que fue recordado ayer en Bagdad con un discurso del presidente Sadam Husein, quien aseguró que su país triunfará sobre Estados Unidos de la misma manera que lo hizo sobre el régimen de los clérigos de Irán.

"Obcecados por su potencia, aquellos que han agredido a Irak y le han impuesto un embargo injusto continúan cometiendo el mismo error", afirmó Sadam, vestido de civil, a través de la televisión estatal, en una actitud desafiante contra la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU, con cuya organización ha dejado de cooperar desde el pasado miércoles, en protesta por la actitud del responsable de los equipos de inspectores encargados del desarme.