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La banda desfila "desarmada" y en silencio

La Sociedad Musical La Paz de Siete Aguas denuncia de manera silenciosa su marginación por el alcalde

No hay nada más triste que ver desfilar una banda de música uniformada sin sus instrumentos. Ni más conmovedor que ver a todo un pueblo retener durante horas su emoción. Un silencio sólo roto con los vítores a la banda local de Siete Aguas que, al finalizar la tradicional procesión en honor del Santísimo Cristo, descargaron la tensión contenida de los más de 2.000 vecinos y músicos congregados. Y es que sólo las notas de una formación musical integrada por una docena de mercenarios, venidos de fuera y contratados especialmente para la ocasión por el alcalde, el ex unionista Guillermo Zahonero -algunos de ellos incluso confesaron no saber exactamente a qué iban- fueron el único sonido que se escuchó durante la procesión. Ni un aplauso, ni un grito de reivindicación, ni un insulto. El silencio y la tensión reinaron desde que músicos, directiva, socios y simpatizantes de la Sociedad Musical La Paz de Siete Aguas, arropada por más de 300 músicos de una docena de bandas de las comarcas vecinas decidieron mostrar, a través de una concentración ciudadana, un desfile silencioso por las calles del municipio y con su posterior participación en la procesión, su protesta por la actitud del alcalde de recortar la subvención a la banda local en más de un 60% respecto al año pasado. Obligados a realizar su protesta en silencio, por estar expuestos a una posible denuncia por manifestación no autorizada, sólo una pancarta, en la que se podía leer "la Sociedad Musical la Paz con el Santísimo Cristo", era el medio de hacer oír la voz que el alcalde ha intentado acallar retirando unos ingresos necesarios para cualquier banda y más para una que desarrolla su labor en un pueblo que apenas suma 1.600 habitantes. El alcalde ha afirmado que el conflicto no tiene "nada que ver con la música" y que se ha "politizado". Zahonero sólo ha llegado a justificar su actitud de traer músicos de fuera con una frase repetida incesantemente: "Porque la banda del pueblo no quiere tocar". Pero la presidenta de La Paz, María Angeles Rodríguez, explica que "el trasfondo ni es político ni económico, sino cabezonería, el alcalde simplemente ha dejado los desfiles y las cosas de lucimiento para la Corporación municipal".

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