_
_
_
_

El Gobierno tiene pendientes 170 casos en la Sala de lo Contencioso con las demás administraciones

El Gobierno vasco tiene en la actualidad pendientes 170 recursos en la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por pleitos con las distintas administraciones públicas. Estos casos son una mínima parte de los casi 6.000 que recibe la jurisdicción contenciosa vasca, que cuenta con tres salas y nueve magistrados para resolverlos. El resultado: una media de tres años y medio en recibir el fallo y un colapso en la resolución de los recursos que ayuntamientos, diputaciones y Ejecutivo confían que solvente la Ley Reguladora de la Jurisdicción de lo Contencioso-administrativo del pasado 14 de julio, que se pondrá en marcha el próximo mes de diciembre.

El habitual retraso de la Justicia tiene en los tribunales de lo Contencioso-administrativo su ejemplo más diáfano: cualquier particular que se sienta agraviado por una Administración pública y quiera litigar contra ella ha de tener claro que antes de tres años, por lo menos, no se va a resolver su caso. Pero las administraciones también pleitean entre sí. Aunque los asuntos se lleven con la tranquilidad que ofrece lo público, la tardanza en la resolución de los pleitos exaspera también a los abogados de las instituciones: "La creación de los juzgados de lo Contencioso-administrativo en las audiencias provinciales era algo imprescindible, sino se quería llegar al colapso de esta rama de la Justicia", reconoce Pedro Goti, letrado jefe del Ayuntamiento de Vitoria. Los 170 casos que tiene abiertos en la actualidad el Gobierno vasco, ya sea como recurrente, ya como recurrido, codemandado o coadyuvante, son de diversa índole, aunque en su mayor parte (un 65%) han sido promovidos por los Ayuntamientos de la comunidad contra el Ejecutivo de Vitoria. Las materias objeto de recurso abarcan desde la fijación de justiprecios en expropiaciones o los pleitos relativos a las normas de urbanismo de los distintos ayuntamientos a la autorización de espectáculos o el pago de distintos tributos. En este último apartado es donde tiene cabida el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), caballo de batalla entre Osakidetza y aquellos municipios en que se ubican sus centros sanitarios. Recursos sobre el IBI Los consistorios de Vitoria, Mondragón o Zumárraga llevan varios años interponiendo recursos contra el Ejecutivo a cuenta de este asunto. El de la capital alavesa tiene en trámite los correspondientes al IBI de 1995, 1996 y 1997, aunque la Sala de lo Contencioso-administrativo ha dado la razón a los recursos del Ejecutivo con respecto a los años precedentes por considerar que con las transferencias de la Seguridad Social, la comunidad autónoma asumió todas las facultades y derechos que pueden recaer sobre los inmuebles correspondientes, excepto su titularidad, que continúa a nombre de la Seguridad Social. En este asunto del pago del IBI, el equipo de abogados de la corporación vitoriana tiene otro frente abierto con la Delegación del Gobierno y la residencia del Delegado: en espera de resolución están los pleitos interpuestos en 1995, 1996 y 1997 para que estas dos sedes del Ejecutivo central paguen los tributos de dichos años. En los últimos años, los ayuntamientos están embarcándose en pleitos contra sociedades públicas o semipúblicas a cuenta de la acometida de la red de telecomunicaciones: el consistorio vitoriano, por ejemplo, ha interpuesto un recurso contra Radio Vitoria (dependiente de EITB) a causa de la ocupación del dominio público municipal por el cableado. Según el letrado Pedro Goti, "los trabajos de implantación de las nuevas telecomunicaciones van a suponer un nuevo enfrentamiento judicial entre administraciones". Otro asunto que enfrenta a los ayuntamientos de las grandes ciudades y el Gobierno vasco es el precio de los servicios públicos. Los consistorios de Bilbao y Vitoria han recurrido las resoluciones de la Comisión de Precios de Euskadi respecto a los cambios en el precio de sus transportes públicos. Las diputaciones pleitean menos con el Gobierno vasco, a tenor de los datos ofrecidos por el propio Ejecutivo. Suelen ser asuntos referidos a urbanismo, como el que enfrenta al Gobierno con la Diputación de Vizcaya por sus normas provisionales de evaluación de impacto ambiental por actuaciones agropecuarias y forestales. O los que mantiene con la Diputación guipuzcoana a cuenta del Plan de Ordenación Urbana de San Sebastián.

Ocho nuevos juzgados

Si todo se desarrolla según lo previsto, a mediados del próximo mes de diciembre, las audiencias provinciales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya abrirán las dependencias de sus nuevos juzgados de lo Contencioso-administrativo, tal y como señala la Ley Reguladora de la Jurisdicción de lo Contencioso-administrativo, publicada en el Boletín Oficial del Estado el pasado 14 de julio. Serán ocho en total (dos en Guipúzcoa, otros dos en Álava y los cuatro restantes en Vizcaya), que complementarán a las tres salas que tiene esta jurisdicción en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Es una reforma que desde todos los ámbitos se había venido solicitando desde hace años. El Libro blanco de la Justicia elaborado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya recoge cómo los argumentos favorables a la creación de estos juzgados son indiscutibles, dado el aumento de los casos en esta jurisdicción. La última memoria del Consejo General señala que el número de asuntos que han llegado a las salas de lo Contencioso-administrativo en toda España creció un 22,2% en el último año, mientras que el año anterior el aumento fue de un 14,8%, con un total de 273.472 asuntos pendientes de resolver al final de 1997. En 1996 eran 224.115 los pleitos que se habían quedado sin resolución. Estas cifras son extrapolables al País Vasco, donde el número de casos que llegaron el año pasado a la Sala de lo Contencioso-administrativo superaba los 6.000, con nueve magistrados para resolverlos. La creación de los ocho nuevos juzgados, además de aligerar el trabajo a dichos jueces, servirá para adecuar a la actualidad una jurisdicción que venía rigiéndose por una ley de 1956, cuando los pleitos entre particulares y las administraciones públicas (y entre éstas mismas) eran casi inexistentes. Así lo reconoce el citado Libro blanco: "En las sociedades modernas se ha producido un fenómeno de progresiva concienciación de los ciudadanos en cuanto a la titularidad de sus derechos frente a la Administración pública, un incremento de la complejidad de las estructuras administrativas y una auténtica configuración de la jurisdicción como servicio público. Todas estas circunstancias han llevado a un incremento de la litigiosidad, sobre todo en lo Contencioso-administrativo, inimaginable hace apenas algunas décadas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_