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Los maestros británicos piden aprender yudo para autodefensa

En casos de violencia, los profesores británicos podrían comenzar a impartir una que otra lección extracurricular en las aulas. Al menos ése es el vivo deseo de un sindicato de maestros que ayer pidió al Gobierno de Tony Blair entrenamiento similar al que reciben policías y guardias de prisiones para defenderse de ataques o neutralizar trifulcas de alumnos.Kay Driver, secretaria general de la Asociación Profesional de Profesores (PAT), dijo ayer que las "líneas maestras" diseñadas por el Gobierno para lidiar con la violencia en las aulas no son suficientes. La situación en algunas escuelas demanda un presupuesto especial para entrenar a los profesores en técnicas de defensa e intervención directa, dijo Driver ante la conferencia anual del sindicato reunida en Cheltenham. Según reglas vigentes en el Reino Unido, los profesores pueden utilizar ciertos recursos físicos para moderar a alumnos que estén seriamente alterando una clase, amenacen con dañar la propiedad o para interrumpir una riña. Sin embargo, el reglamento prohíbe terminantemente el empleo de "fuerza excesiva". Bajo ese acápite caen las bofetadas, los puñetazos y puntapiés, así como las llaves paralizantes. Propone más bien el recurso a la "fuerza razonable".

Para Driver y muchos de los profesores alarmados por el índice de violencia en las escuelas, esa distinción es poco menos que una trampa semántica. Lo de "fuerza razonable" no tiene sentido si no se instruye a los maestros a emplearla, dijo Driver en obvia referencia a ciertas artes marciales. "El punto central de la cuestión es entrenamiento, y eso requiere financiación. Las guías del Gobierno son útiles, pero si te encuentras en medio de dos alumnos trenzados en una pelea, ¿qué puedes hacer? Obviamente, no cogerlos del pescuezo, porque eso sí que es peligroso", agregó. Miembros del sindicato agredidos por alumnos han recibido compensaciones por un monto total de 750.000 libras esterlinas.

Entrenamiento

"Remedio para ese tipo de situaciones existe, pero hay que tener mucho cuidado", opinó Charles Mack, director del Takeuchi Ryu, una de las principales escuelas de yudo y ju jitsu de Londres. "Se pueden causar averías a los alumnos. Son técnicas que requieren de cuidadoso entrenamiento supervisado", dijo.Mack admite que podría mejorar sustancialmente sus finanzas si la idea de Driver toma vuelo y el Gobierno de Blair pone los fondos para el peculiar sistema de protección para los maestros en tiempos tan violentos dentro de los templos del saber. Desafortunadamente para Driver y sus bases, el Gobierno británico está desde ayer de vacaciones. Pero el debate se reabrirá. "La idea es terrible, pero quizá es lo mejor para los profesores", dijo ayer la internacionalmente famosa diseñadora londinense Melissa North, madre de dos "expresivos e irrepresibles" adolescentes.

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