La mar robó a los donostiarras la fina arena de la playa de Ondarreta
La playa de Ondarreta se ha quedado desde hace unas semanas sin arena. Miles de "cantos rodados" impiden a los visitantes pasear por la orilla, acercarse cómodamente a pegarse un chapuzón, jugar a pala o disfrutar de cualquiera de los encantos playeros. Lo que se ve es el suelo sobre el que sustenta la arena. Las corrientes de los últimos meses se la han llevado y las mareas no han sido capaces de devolverla a su sitio. Aquella fina arena que cubría la orilla, se ha convertido en un auténtico pedregal. Se la robó la mar.
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