Indignación monumental
"Al enterrar los restos de quienes fueron asesinados sin tener culpa alguna, la actual generación de rusos quiere purgar los pecados de sus antecesores". Estas declaraciones de Borís Yeltsin aparecían como acompañamiento a su decisión de acudir al entierro del zar Nicolás II y su familia. Me provocaron, junto con los infundados comentarios de los periodistas, una indignación monumental. No sé si este tipo de opiniones son fruto de la hipocresía o del sobrecapitalismo, pero desde luego están fuera de lugar y constituyen un triste atentado contra la historia real. Nicolás II llevó a Rusia mediante un sistema totalmente autocrático y dictatorial. Ésta se encontraba sumida en una tremenda crisis y en un profundo atraso en todos los campos. El zar era un zorrocloco en lo que respecta al gobierno de su país. No sólo era un dictador autoritario al que no le importaban las opiniones del pueblo, sino que, además, se preocupaba muy poco de los problemas internos. Sólo le importaban las fiestas de palacio y su goce personal. ¿Acaso Yeltsin no recordaba el Domingo Sangriento? En aquel 22 de enero de 1905 se produjo una manifestación ante el Palacio de Invierno de San Petersburgo. Estaba mayoritariamente movida por los obreros, que pedían reformas sociales y políticas de forma totalmente pacífica. El zar ordenó al Ejército ruso que cargara contra los manifestantes. Se calculan entre 1.000 y 5.000 muertes y muchísimos heridos. Y el problema es que esto constituye sólo un ejemplo... También debemos recordar a Rasputín, santón que se convirtió prácticamente en el valido de Nicolás II como consecuencia del cariño que le tenía la zarina. El asesinato de este oscuro personaje a manos de miembros de la familia del zar llevó a este último al endurecimiento en el gobierno del país. Confío en que mi opinión acerca de Nicolás II no se confunda con un apoyo a su muerte. Detesto profundamente cualquier tipo de pena de muerte, pero me parece abominable que se ensalce su persona y se le considere "sin culpa alguna". Creo que los bolcheviques cometieron "pecados", como el fusilamiento de la familia real o el "Terror Rojo", pero igualmente el zar es culpable de un grandísimo número de muertes, y no debe ser ahora divinizado o ensalzado como persona y gobernante.-
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