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Aguirre y Ruiz-Gallardón sellan el traspaso educativo

Hubo final con beso. La ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, acercaron ayer sus mejillas para sellar "el principio del fin" de la gestión ministerial de la educación en Madrid. A partir del 1 de enero, los 900.000 estudiantes y 59.120 profesores de enseñanzas no universitarias dependerán de la administración autonómica. El Estado cede los bártulos por 255.000 millones, una cantidad que los firmantes calificaron de "suficiente" pese a las enérgicas protestas de oposición, sindicatos y padres de alumnos.

La ministra lo tenía claro: "Aún no he oído a ningún sindicato decir que el dinero para un servicio público es suficiente. Que haya protestas entra dentro de lo normal". Ruiz-Gallardón, que se desayunó con la noticia de que el PSOE pedía la dimisión del consejero Gustavo Villapalos e IU proponía una moción de censura contra su persona, contraatacó: "Hay que saber sumar. A los 255.000 millones iniciales hay que añadir un 5% o un 6% adicional hasta el 2001. Al final, la implantación de la LOGSE será una realidad bien financiada".

Los firmantes se intercambiaron piropos. Dijo Aguirre que el de ayer era un acuerdo "verdaderamente histórico" y que dejaba la educación madrileña "en buenas manos". Ruiz-Gallardón respondió que vivía su acto más importante desde que es presidente, y adelantó que luchará contra el fracaso escolar, la baja escolarización infantil y por la integración en la escuela de las minorías.

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