El hotel Don Juan niega haber ofrecido indemnizaciones para evitar denuncias
La dirección del hotel Don Juan, de Tossa de Mar, rompió ayer su mutismo y desmintió haber prometido el pago de indemnizaciones para evitar que el centenar de clientes afectados por una intoxicación alimentaria denunciaran al establecimiento. El portavoz de la empresa, Joan Miquel Aceña, aseguró ayer que lo que se hizo fue recordar a los clientes su derecho a reclamar una compensación por medio de las agencias de viajes que gestionaron su estancia.
Aceña negó que se desentendieran de la situación de los enfermos y destacó que el servicio médico que tienen contratado se ocupó de ellos desde el primer momento. El portavoz del hotel afirmó: "Hasta seis médicos les han atendido las 24 horas del día". También señaló que no es cierto que no facilitaran los menús adecuados de régimen y aseguró que pusieron a disposición de los clientes "arroz blanco, pescado hervido, bistecs a la plancha e incluso sueros especiales, porque fue lo que recomendaron los doctores". La dirección del hotel Don Juan atribuye "a malas interpretaciones y al nerviosismo que provoca encontrarse con una situación de este tipo durante las vacaciones" la denuncia por un posible delito contra la salud pública que han formulado casi la mitad del centenar de afectados por la intoxicación. Aceña aseguró que la empresa se hará cargo de todos los gastos extraordinarios, entre los que se incluye el precio de la estancia de los familiares que han acudido para cuidar a los enfermos. Error inicial El objetivo del hotel Don Juan es que el episodio afecte lo menos posible a su imagen y agradece la confianza de las agencias turísticas, que les han manifestado su apoyo y han mantenido las reservas previstas. Según el portavoz de la dirección, hasta ayer no se había anulado ninguna estancia, pero reconoció que esperan "que algunos clientes españoles anulen su reserva" por la repercusión que el caso ha tenido en los medios de comunicación debido a la "falta de reacción inicial" del establecimiento. Aceña aseguró que el mutismo de los primeros días fue un error porque, dijo, "ha sido un caso de mala suerte" y no tienen "nada que esconder". El portavoz de los afectados, Dionís Martínez, reiteró ayer sus quejas por el trato que han recibido y lamentó que ningún representante de la Generalitat se haya interesado por su situación. Martínez afirmó: "Es una vergüenza que esto pase en nuestro país, que se enorgullece de ser una potencia turística y hace campañas para pedir que se trate bien a los visitantes". El portavoz de los afectados desacreditó las versiones que apuntan que la intoxicación la causó un pescado rebozado que se sirvió para la cena del miércoles porque su hija de cuatro años, que sigue enferma, no lo comió. Añadió que tres personas que llegaron al hotel el sábado presentan síntomas de gastroenteritis y se quejó de que "nadie haya sido capaz de cerrar la cocina, que está en el sótano, junto al garaje".
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