El hundimiento del mercado de futuros amenaza la plaza financiera de Barcelona
La contratación en el Mercado de Futuros Financieros (Meff) ha caído a la mitad en pocos meses. Este descalabro, producto de la convergencia de tipos de interés en Europa, es una amenaza para la plaza financiera de Barcelona. La caída del Meff, paralela a la del Matif de París, coincide con el empuje del Deutsche Termin Börse (DTB), que ya concentra el 50% de la contratación europea. Por su parte, la Bolsa de Barcelona, el mercado de valores al contado, mantiene su cuota gracias en parte a la negociación diaria de la deuda pública de la Generalitat.
La caída de las contrataciones en el mercado de futuros de Barcelona va más allá de la mera estadística. A juicio de los expertos, se trata de una tendencia irreversible debida al cambio de referentes financieros que está provocando la implantación del euro. El principal producto del Meff (el bono nocional a 10 años) ha caído de forma alarmante desde un total de dos millones de contratos en enero de este año a un millón de contratos a 31 de mayo pasado, según los últimos datos disponibles en el Boletín Estadístico del Banco de España. La situación del Meff agudiza la pérdida de peso de la plaza financiera de Barcelona. De hecho, las ventajas sinérgicas de la localización en Barcelona del mercado de futuros financieros no han acabado de concretarse nunca, en parte porque los bancos tienen sus mesas de dinero en Madrid y también por el hecho de que las entidades con sede en Cataluña -como La Caixa, el Banco de Sabadell y Banca Catalana- se orientan hacia la capital a la hora de tomar decisiones que afectan a sus estrategias de inversión. Además de estos elementos, la centralidad financiera de Madrid también ha salido reforzada con la implantación del mercado de futuros sobre renta variable (Meff RV), auténtico referente nacional de los grandes fondos de inversión que canalizan el 80% de la liquidez de la Bolsa española. Para contrarrestar en parte este efecto imantador de Madrid, el Meff de Barcelona apostó hace unos meses por concentrar sus servicios centrales en una nueva sede emblemática cuya construcción estaba prevista en la avenida de Pedralbes, junto al actual distrito financiero de Barcelona, donde se encuentran varias sedes de bancos y aseguradoras entre las que destacan las de Banca Catalana, Winterthur, Mapfre y La Caixa (las torres negras). Sin embargo, este proyecto, que había sido lanzado con ímpetu por el presidente de la sociedad que gestiona el mercado, Josep Manuel Basáñez, fue paralizado por los mismos accionistas del Meff -bancos y cajas de ahorro-en vista de las incertidumbres planteadas por la caída de la contratación. El derrumbe de los contratos de futuros financieros en Barcelona se inscribe, por otra parte, en el cambio de correlación entre las principales plazas de futuros europeas. En diciembre de 1997, el mercado de futuros de París (Matif) registraba un volumen de contratación del 23% sobre el bono a 10 años; el Meff contaba con el 15%, mientras que el mercado alemán, el DTB, negociaba apenas un 17% del total europeo. Medio años después, el pasado 30 de junio, la situación ofrecía este balance: Matif, 18%; Meff, 10%, y DTB, 49%. Es decir, en apenas unos meses, la situación ha dado un vuelco espectacular a favor del mercado alemán, hasta el punto de que este último ya actúa como el auténtico referente, toda vez que la otra gran plaza europea de futuros, el Liffe de Londres, queda excluida de momento porque Inglaterra decidió no adoptar la moneda aplicando la cláusula uptin out, prevista por Bruselas. Cabe añadir además, como apuntan los expertos, que la hegemonía alemana se irá agudizando a medida que se acerque el 1 de enero de 1999, fecha prevista para que los mercados financieros de la Unión Europea pasen a trabajar con euros. El eje París-Barcelona El Meff no se ha cruzado de brazos. Para contrarrestar la tendencia negativa de la transición al euro, los responsables del mercado ha alcanzado un acuerdo con el Matif por el que ambas plazas negociarán títulos españoles y franceses a través de la sociedad mixta de reciente creación Euro Services. En la actualidad, si un banco español, como el BBV o el Santander, quiere comprar bonos en París, ha de ponerse de acuerdo con un miembro del Matif, como el Paribas o la BNP; y paralelamente, si una entidad francesa quiere operar en Barcelona, realiza el camino inverso. Las normas de ambos mercados impiden cerrar operaciones a las entidades que no son miembros, pero a partir de este acuerdo, que entrará en vigor el próximo mes de octubre, "la sociedad mixta Euro Services compensará las operaciones de los bancos franceses y españoles y acabará con los corsés domésticos de ambos mercados", explica José Luis Oller, director general del Meff. Los expertos apuntan que la interconexión con otros mercados de futuros es el único camino para Barcelona, pero ponen esta condición: "La interconexión exige de los mercados alta tecnología y costes bajos a la vez", escribe Enrique Vidal-Ribas en el informe Mercados españoles de derivados financieros.
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