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TERTULIAS DE RADIO

El jefe del pelotón de fusilamiento

En la información publicada el pasado sábado en la sección de Radio y Televisión de EL PAÍS, bajo el título Exclusivas Ramírez, se cometió un error. Se decía que Melchor Miralles había ejercido el miércoles 22 como director en funciones de El Mundo, por ausencia de Pedro J. Ramírez. El error fue inducido por la intervención de Miralles en la tertulia nocturna de la COPE, en la que aludió en varias ocasiones en primera persona a la portada de su diario, que a esa hora -11 de la noche- llevaba a cuatro columnas el título "Aznar: ¿Es que alguien pensaba que no nos íbamos a atrever a cerrar Egin?". Dice El Mundo que era Ramírez quien dirigía el periódico ese día y llama falsario a EL PAIS -y de paso a El Periódico de Catalunya, que se hizo eco del asunto- por este error. Queda rectificado: era Ramírez quien estaba al frente del periódico.El resto de la información sigue en pie. El diario de Ramírez decidió cambiar su primera plana a medianoche, una vez que las tertulias de radio, incluida la de la cadena que él frecuenta, habían rebotado la exclusiva de EL PAÍS sobre el fallo del caso Marey. Puesto a improvisar coartadas, encargó a alquien -¿o fue una iniciativa autónoma?- que llamara a Radio Nacional para informar de que la primera plana que habían remitido una hora antes por fax era para despistar e impedir que otros les plagiaran. Una vez enterados de que EL PAÍS llevaba esa noticia, querían desvelar que también la tenían ellos. Sólo hubo un problema: Ramírez alcanzó a cambiar la primera página de su edición nacional, pero no la de Canarias, donde El Mundo salió a los quioscos el día 23 con la noticia sobre Aznar en primera. ¿O es que la operación de despiste incluía a sus lectores canarios?

Por lo demás, el periódico de Ramírez afirma que EL PAÍS no daba ninguna fuente para acreditar la frase de su director "al enemigo, ni agua". El secreto profesional, tantas veces invocado con razón en sus páginas, obliga a proteger la identidad de quien desveló la frase. Lo mismo que protege a los redactores que han contado cómo la noche del pasado día 22 el director Ramírez salió eufórico de su despacho, pasada la medianoche, para compartir su satisfacción porque le había dado tiempo a alcanzar la edición nacional con la noticia de la competencia. Lástima que le haya delatado la edición de Canarias.

En el argot periodístico a esta práctica se le llama fusilar. Puesto que lo reivindica, así sea: Ramírez fue el jefe del pelotón de fusilamiento.

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