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34 "okupas" detenidos en un desalojo en Puente de Vallecas

Treinta y cuatro jóvenes fueron detenidos en la mañana de ayer por resistencia a la autoridad al negarse a abandonar El pesebre, una casa baja en Peña Prieta, 19 (Puente de Vallecas), que okupaban cinco de ellos desde hace cuatro años. Fueron los agentes los que les sacaron a rastras. A media tarde todos quedaron en libertad sin pasar a disposición judicial. El Ayuntamiento de Madrid, dueño del inmueble, lo derribó enseguida para construir 27 pisos de protección oficial (de 10 a 14 millones).

Dos horas antes del desalojo, ordenado para las nueve de la mañana por el juzgado de instrucción número 4, los habitantes de El pesebre y otros okupas que acudieron en su apoyo invitaban a los viandantes a chocolate con bollos. A la hora fijada hizo su aparición el responsable de la unidad antidisturbios que planteó a los concentrados la posibilidad de abandonar el lugar por su propia voluntad.Tras una rápida asamblea los okupas decidieron ejercer la resistencia pacífica y no dejar del inmueble, formado por varias casitas bajas con un patio con árboles pero sin agua corriente. Una vez conocida la negativa de los okupas los agentes entraron al patio ya pertrechados con porras, cascos y escudos y comenzaron a empujar y arrastrar a los 34 jóvenes que permanecían agarrados entre sí en el patio de la finca.

Desde otro bloque okupado en Peña Prieta, 30, justo enfrente del desalojado, jóvenes con pasamontañas ondeaban banderas piratas e insultaban a los agentes con gritos de "¡Policía asesina!", "¡Hijos de puta!", "¡Cobardes!" y otros como "¡Torrentes, que sois unos Torrentes!", en referencia al policía protagonista de la película Torrente, el brazo tonto de la ley de Santiago Segura. Varios agentes se apostaron con el lanzapelotas frente a los balcones sin utilizarlos.

Una vez sacados en volandas de El pesebre una docena de jóvenes organizaron una sentada. Uno de los agentes les decía en tono conciliador: "Venga, levantaros, hombre". Otros les agarraban del cuello o de las piernas sin miramientos.

Los detenidos fueron trasladados a comisaría acusados de resistencia a la autoridad. Todos se negaron a declarar ante los agentes pero fueron puestos en libertad para las 19.00 horas sin pasar ante el juez.

En otros desalojos los arrestados no quedaban libres hasta prestar declaración judicial, a menudo dos días después de la detención. Florentina Carrasco, abogada de los okupas, cree que el que los detenidos de ayer salieran a la calle poco después puede deberse a que no hubo ningún policía herido "con lo que no les acusan de atentado a la autoridad, sólo de resistencia". Según Carrasco cuatro jóvenes tienen contusiones leves producidas cuando les arrastraba la policía.

Ante las críticas de los jóvenes concentrados por las detenciones, un mando policial les espetó: "Tenéis edificios para okupar todos los que querais". "Claro, y luego vosotros nos echáis", le replicaron. El desalojo concluyó en quince minutos y enseguida el Consistorio inició el derribo de la finca.

Los okupas sabían que el inmueble, que fue expropiado por el Ayuntamiento tras decenas de años de abandono, estaba destinado a pisos protegidos, es decir, más baratos que los del mercado libre. Pero justifican su resistencia a abandonarlo poniendo en cuestión el carácter social de ese tipo de casas. Las viviendas de protección oficial en régimen general, con precios de 10 a 14 millones, están destinadas madrileños que ganen un mínimo de 4,5 millones al año o a aquellos que, con ingresos inferiores, tengan ahorradas 1.600.000 pesetas.

"Con esas condiciones no resuelven los problemas de quienes carecemos de ingresos fijos, nóminas y avales", afirman.

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