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Cede el negocio

La contratación de la Bolsa española continúa apuntando hacia los niveles propios de las vacaciones, algo que en otras circunstancias podría suponer un peligro debido a la caída de la liquidez, pero que se está utilizando para influir, hasta donde la lógica lo permite, en la dirección de los precios.

El mercado continuo negoció ayer 109.772 millones de pesetas efectivas, de las que una quinta parte procedía de aplicaciones. Estas cifras son insuficientes para mantener el mercado cerca de los máximos históricos y, mucho más, para intentar recuperaciones aprovechando que los posibles vendedores no tienen necesidades de liquidez urgentes.

Los desfases entre grupos resultaban evidentes, más por ver dónde se concentra la actividad que por tratar de sacar conclusiones apresuradas, aunque la banca, con unos resultados que superan en un 20% los del año anterior destaca sobre el resto. Los inversores utilizaron el tiempo libre para comparar los resultados bancarios y de ahí sí que sacaron conclusiones, porque las cifras son consecuencia de la aplicación de determinados proyectos y existen grandes diferencias incluso entre los bancos grandes.

Las divisas atrajeron la atención de los inversores ante un repentino fortalecimiento del dólar, que dio paso al rumor de que la Reserva Federal estaba interviniendo en el mercado, pero a través de la venta de algunos activos, es decir, de una forma indirecta y casi imposible de detectar. En cualquier caso, el yen abandonó las cercanías de las 142 unidades frente al dólar y al cierre del mercado se situaba en 141,54.

La deuda española se mantuvo durante casi toda la jornada en el 4,92% lo que conseguía mejorar el diferencial con el bono alemán hasta situarlo en 0,25 puntos. Sin embargo, al cierre de la sesión las cosas quedaron exactamente como estaban el día anterior, con el diferencial en 0,27 y la rentabilidad en el 4,93% con lo que al menos no aumentó la presión para el Banco de España, que mantuvo el precio del dinero en el 4,25%.

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