La Comunidad propone desmantelar los guetos de La Celsa y La Rosilla levantados en los últimos años

El consejero de la Presidencia de la Comunidad, Jesús Pedroche, suscribió ayer la postura de los vecinos que exigen el desmantelamiento de los poblados marginales vallecanos de La Celsa y La Rosilla, construidos en los últimos seis años. Las últimas 49 casas bajas de La Rosilla las levantó el Ayuntamiento hace un año ante las urgencias urbanísticas por liberar de chabolas Los Focos (San Blas). "En el fondo estamos absolutamente de acuerdo con los vecinos en que hay que quitar esos poblados de ahí, cualquier persona sensata comparte eso y nosotros, como es lógico, también", afirmó Pedroche tras una reunión del presidente, Alberto Ruiz-Gallardón, con asociaciones del sureste.

La reunión se convocó porque las asociaciones vecinales de Carabanchel, Latina, Vicálvaro, San Blas, Puente y Villa de Vallecas quieren que Ruiz-Gallardón aplique en sus distritos el plan de revitalización que ya desarrolla en Villaverde y Usera (con una inversión de 18.000 millones en seis años).Los vecinos llevaron una serie de propuestas educativas, medioambientales y de infraestructuras que el Ejecutivo regional se ha comprometido a estudiar y responder para la primera quincena de octubre. Pero el encuentro acabó convirtiéndose en un monográfico sobre la exigencia de desmantelar La Celsa (Puente de Vallecas) y La Rosilla (Villa de Vallecas), dos poblados de realojamiento de chabolistas convertidos en hipermercados de la droga.

Agustín Zamora, presidente de la asociación de vecinos del Pozo del Tío Raimundo, barrio pegado a La Celsa, explicó: "No basta con que Puente y Villa de Vallecas reciban una serie de dotaciones, es imprescindible poner fecha de caducidad a La Celsa y La Rosilla". "La Comunidad ya adoptó una postura sobre los poblados marginales al desmantelar el de la avenida de Guadalajara y fijar un plazo a los de Torregrosa (Usera) y Jauja (Latina)", añadió.

Asimismo, el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), Prisciliano Castro, añadió que si se da salida a estos guetos, que han contribuido "a deteriorar la convivencia y aumentar la marginación" se resuelve "el 50% o 60% de los problemas de estos barrios".

Pedroche insistió en la radiografía de la situación. "El enemigo número uno de estos distritos es la droga. A lo largo de estos años ha habido una afluencia de marginación que está pasando factura", afirmó.

El poblado de La Celsa, formado por 96 casas bajas de hormigón con aspecto de búnker, quedó finalizado en diciembre de 1995 y en él fueron realojadas las familias chabolistas que vivían en la zona.

Su construcción se encareció hasta costar 900 millones de pesetas tras dos años de parón por la suspensión de pagos de la constructora y las zancadillas entre sus promotores, el Ayuntamiento, del PP, y la Comunidad, entonces del PSOE.

La edificación de las primeras 88 casetas de La Rosilla data de 1992. En ellas fueron realojados chabolistas de Pies Negros (Puente de Vallecas), Altamira (Villaverde) y Los Focos. El lugar fue siempre un punto de trapicheo. Pero hace un año la situación se agravó porque el Ayuntamiento levantó otras 49 casetas para familias del desmantelado poblado de Los Focos, en San Blas, otro hipermercado de la droga. La ampliación costó 315 millones.

La Rosilla está dentro del futuro Ensanche de Vallecas, donde hay previstos unos 20.000 pisos que serán difíciles de vender con este gueto al lado.