Eguiguren pide al próximo Gobierno que aborde un plan de paz que "cierre la transición vasca"

Jesús Eguiguren, número dos del PSE-EE, propuso ayer que el nuevo Gobierno vasco aborde en la próxima legislatura un plan de pacificación "que con toda seriedad cierre el ciclo de la transición vasca". Eguiguren planteó esta idea en una mesa redonda celebrada ayer en Bilbao, junto a otros cualificados representantes del PNV, EA e IU-EB. Los cuatro portavoces políticos coincidieron en defender la validez del diálogo como vía para la pacificación de Euskadi, aunque los socialistas fueron los únicos que consideran necesario respetar el marco constitucional.

Eguiguren, Joseba Egibar (PNV), Rafael Larreina y Antton Karrera (IU-EB) no se salieron del guión que sus respectivos partidos abanderan desde hace meses: "el conflicto es de naturaleza política y debe operativizarse el principio de que los vascos decidan su futuro" (Egibar); "recurrir a la vía de los derechos históricos para lograr un nuevo consenso históricos" (Eguiguren); "crear un "microclima" basado en lograr la paz y la reconciliación a través de la vía del diálogo" (Larreina); "un proceso de diálogo en el que ETA declare una tregua indefinida y haya gestos de distensión" (Karrera). Durante la mesa redonda, organizada por la Fundación Sabino Arana, el dirigente socialista fue quien más se apartó de las posturas de los otros participantes. Eguiguren valoró el diálogo para lograr la paz como "válido y posible" pero descartó que fuera la fórmula para resolver en su globalidad el llamado problema vasco. "Es lo mejor para acabar con el terrorismo y mejorar la convivencia". A su juicio, el acuerdo sólo puede circunscribirse dentro del marco del Estatuto, "pero que no tiene límites y es flexible". Por ello, se refirió a su vieja propuesta de los derechos históricos a los que hace alusión la Constitución y el Estatuto, "para lograr un nuevo consenso político en el que estén implicados nacionalistas, no nacionalistas y el MLNV". El portavoz del PNV, Joseba Egibar, insistió en profundizar en el diálogo, "entendido como escuchar al otro. Aquí hemos practicado muchos monólogos y el diálogo no es sinónimo de sumisión o claudicación sino una herramienta para evitar que se enquisten los conflictos". Ante ello, dijo que su partido mantendrá "sin exclusiones"contactos con otros partidos o grupos sindicales y sociales. Egibar valoró que la resolución de la violencia pasa por reconocer que Euskadi es una nación, el principio de que los vascos decidan su futuro y la creación de un ambiente en el que "ninguna persona se sienta amenazada. Para ello se impone un proceso de humanización del conflicto". Larreina, vicesecretario general de EA, consideró que existe una situación de "bloqueo, que no sólo puede perpetuar el problema de la violencia, sino que puede agravarlo", de lo que responsabilizó en gran parte a los propios partidos políticos. Propuso crear un "microclima" basado en el diálogo y sustentado en cuatro soportes: una revolución ética que acabe con la "perversión del lenguaje, la política, la vida ciudadana"; la humanización del conflicto mediante la creación de una ponencia en el Parlamento que atienda a las víctimas de la violencia, la conclusión del amedrentamiento y la tortura y evitar que los presos de ETA sean moneda de cambio; la generación de confianza con el diálogo entre partidos y grupos sociales, y, como cuarto elemento, respeto a la voluntad popular. Antton Karrera, coordinador de IU en Guipúzcoa, coincidió en la necesidad de atender a las víctimas y un diálogo sin más límite "que la voluntad popular". Tras exigir una tregua de ETA y gestos de distensión como el acercamiento de los presos, abogó por modificar la Constitución "para poder incorporar a su redacción el reconocimiento y el ejercicio" del derecho de autodeterminación, "que no debe ser un tema tabú pero tampoco un talismán, capaz de resolver todos los problemas de convivencia".