Cuba para todos
"Que te importa que te ame si tú no me quieres ya": Veinte años, para empezar suave. Que luego la gente se anima y ya no hay quien les meta un tema a media luz. El truco de Albita. Cuestión también de aclarar su filiación. "Música de la isla de Cuba", dijo. Ni una alusión a la política. "Qué culpa tengo yo (de haber nacido en Cuba)", cantaba más tarde en una composición propia que se presta a interpretaciones. Una rocambolesca huida de Colombia a Estados Unidos, vía México, en 1993, le llevó a convertirse en una de las atracciones de Miami.
Con admiradores como Madonna o Versace, Albita Rodríguez perdió el apellido, cambió de castaña a rubia, vistió ropa de marca y dio que hablar por su sexualidad. Lo realmente importante es que ha estilizado la música cubana tradicional: Albita propone un programa para todos los públicos.
Albita
Director: Bruce Bilson. Intérpretes: Edward Herrman, Barbara Harris, Susan Clark.
Albita Rodríguez (voz), Julia Sierra (dirección musical, tres y teclados), Viviana Pintado (piano), Armando González (bajo), Fernando Pina (percusión cubana), Arturo Flores (batería), Mercedes Abal (flauta), Eduardo Leal (trompeta) y Jorge Dobal (trombón)
Madrid, 20 de julio.
Tiene tremenda voz y dominio del escenario. Nadie lo negará. Uno de sus problemas es precisamente cómo lograr transmitir ese caudal de energía al soporte discográfico.
Y en esas anda Albita, que se marcó un zapateado a lo Fred Astaire. Estuvo sembrada en un diálogo con un espectador, sobre el orden de los factores y el producto: al incauto se le había ocurrido alterar la secuencia del estribillo "pide, coge y goza la cachimba".
Cantó Qué manera de quererte, su mayor éxito, y bromeó con los supuestos orígenes del rap: "Es cubano, lo que pasa es que los negritos de allí se lo quieren coger". Rapeó sobre compases de Pare cochero y El manisero, y llegó Que viva Changó, con Albita moviendo el pañuelo rojo, que en la santería identifica al oricha mujeriego y pendenciero.
"Santa Bárbara bendita", suele cantar Celina González, reina de la música campesina en la que Albita bebió de niña. La invocó con la misma convicción.
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