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Bajo el tendido eléctrico

Pere Giralt tiene 73 años y lleva toda la vida viviendo en su masía Cal Giralt, aproximadamente a 500 metros del lugar donde empezó el incendio, "bajo una línea de alta tensión, cerca del cementerio de Aguilar de Segarra" (Bages). Un vecino próximo, el de Cal Casimiro, le llamó el sábado y le avisó que veía una columna de fuego cerca de su casa. Se asomó y vio que estaba un poco más lejos. No se lo pensó ni un segundo y, junto a su hijo, salió "disparado" para tratar de controlarlo. Lo intentó, pero fue imposible. El viento soplaba con fuerza y, en pocos segundos, la ladera prendió: "No pudimos hacer nada". La teoría del señor Giralt es difícil de demostrar. Éste es el trabajo de los técnicos, aunque, según Pere Gassó, las grandes compañías tienen más fuerza que las agrupaciones de defensa forestal en estos temas. "Nadie quiere cargar con las culpas", resume. Cerca del cementerio, bajo la línea de alta tensión, dos agentes rurales del Medio Natural del Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña buscaban ayer indicios que corroboraran la teoría del señor Giralt. Sin embargo, sólo encontraron chatarra y botellas de cerveza rotas. Sea cual sea la causa del fuego, el señor Giralt asegura que no quedará bosque en la comarca (mucho se quemó en 1994), porque "la coordinación para apagar los fuegos no es buena". Su lamento es el de la mayoría de los vecinos: más de 100 años deberán pasar hasta que el bosque de la sierra de Castelltallat se recupere de la desgracia.

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