'Gerundina', en Orcasitas

"Señoras y señores: Raimundo Amador". Y apareció en el escenario el músico de origen andaluz, un apasionado practicante de la fusión entre el flamenco y el blues, con su guitarra Gerundina en la mano. Pero no actuaba en ningún templo musical sino en el Centro Cultural de Orcasitas, en el distrito de Usera.Raimundo Amador estuvo ensayando con su banda, en este mismo auditorio, desde el pasado jueves sin pagar una peseta. Preparaba el concierto que mañana por la noche ofrecerá en la plaza de las Ventas junto a varios artistas invitados como B. B. King, Kiko Veneno o Enrique Morente. Ayer, como agradecimiento a este barrio del sur, ofreció una actuación gratuita para los vecinos de Orcasitas.

La directora del centro cultural afirmaba que no era la primera vez que el auditorio servía de escenario para un acontecimiento importante. "Aquí también ha hecho ensayos Miguel Narros", comentó.

Ni la compañía discográfica ni el propio Raimundo Amador querían que fuera un gran evento, así que no se le dio publicidad. Unas ciento cincuenta personas no llegaban a cubrir el aforo del local. "Nos hemos enterado por el teletexto", comentaban unas chicas del barrio. "Nosotros hemos venido a los ensayos toda la semana, y Raimundo nos avisó", decía otro grupo de jóvenes.

Cuando comenzó el concierto, la gente no parecía calentarse. No se integraban, no era su público habitual. Pero cuando el conjunto atacó temas con dejes aflamencados, la mayoría de los asistentes llevó de maravilla el ritmo con las palmas. "Es que estaba muy lleno de flamencos", confirmó luego Raimundo Amador.

Con temas como el Blues de la frontera o Ay, qué gustito pa mis orejas la animación subió muchos grados. Incluso llegó a oírse un "¡Guapetón!" desde las filas femeninas traseras. En los asientos, la gente no paraba de moverse, ni los niños, de entrar y salir. La gente mayor, sin embargo, permanecía más escéptica. La fusión de estilos musicales no es lo más popular entre ellos. Un hombre de edad exclamó: "Es un rile de mucho cuidado", y se fue.

Raimundo sí que estaba animado. "¡Esto sí que es un ensayo güeno!", gritó. Se movía de lado a lado del escenario, saltaba, cambiaba de guitarra, y se extasiaba con los solos. De cuando en cuando se refrescaba con un trago de bebida. A la mitad del concierto apareció en el escenario Juan Perro, y juntos cantaron un blues muy sentido.

Cuando acabó la hora y media de actuación, Raimundo Amador estaba muy contento. "Yo ya conocía Vallecas o Lavapiés pero Orcasitas, no", afirmó."Me han tratado muy bien durante esta semana", dijo. No se podía quejar. En el barrio viven varios primos suyos.