Los tres candidatos japoneses ofrecen planes para salir de la recesión
Japón estrenará el próximo viernes nuevo líder. El que más gusta es el que menos pesa. De los tres aspirantes a primer ministro, todos del conservador Partido Demócrata Liberal (PDL), Junichiro Koizumi, que es actualmente ministro de Sanidad, es el más joven y popular, pero quien menos controla el aparato del partido, y es éste quien elige. Los tres candidatos dan prioridad a salir de la recesión, estimulando el consumo.
En el debate televisado del pasado domingo, el outsider Koizumi, de 56 años, batió a sus dos rivales. Cuadriplicó en simpatía popular al candidato oficialista -el ministro de Exteriores, Keizo Obuchi, de 61- y casi duplicó al ex secretario del Gobierno y favorito del mundo financiero, Seiroku Kajiyama, de 72, según los sondeos de urgencia.Koizumi es el "hombre del traje gris perla", una rebeldía frente al espartano uniforme azul de Obuchi, y al tolerado gris marengo del anciano pero enérgico Kajiyama. Con su estilo acerado y ambicioso, atrae a la juventud y a las mujeres, que rechazan a Obuchi como sinónimo de continuismo. "Lo peor es que siga Obuchi, es más de lo mismo", opina Chizué, secretaria. "Sería un horror, aunque es lo más probable", asiente Junko, empleada en los tribunales.
Obuchi no es rival frente al líder del principal partido de la oposición en las próximas elecciones, recoge Yomiuri, el diario de más circulación, refiriéndose a Naoto Kan. Kan encabeza el Partido Demócrata, un proyecto de Olivo centroizquierdista a la japonesa, vencedor moral de las elecciones al Senado del pasado día 12, que provocaron la fulminante dimisión del primer ministro Ryutaro Hashimoto. "Kan tiene el potencial de un gran líder", concuerda J. A. A. Stockwin, profesor del Instituto Nissan, de la Universidad de Oxford.
Pero ni las mujeres ni los jóvenes ni los catedráticos serán decisivos en la elección a líder del PDL, hegemónico en la Cámara baja. Ese l cargo lleva aparejado el de primer ministro, que será aclamado parlamentariamente el día 30. El proceso empieza hoy, al formalizarse las candidaturas, y finaliza el viernes, con los votos de 413 dirigentes: 263 congresistas, 103 senadores y 47 dirigentes territoriales. De no lograrse mayoría clara, habrá una segunda votación entre los dos primeros.
El partido dominante viene gobernando con una sola interrupción desde hace más de cuatro décadas. Si ahora hace oídos sordos a la opinión y rechaza renovarse, se arriesga a la autodestrucción, como ocurrió con un partido de modelo muy similar, la Democracia Cristiana italiana. El centro-izquierda calienta ya motores, invitando al transfuguismo a los más dinámicos del PDL.
El otro gran riesgo del continuismo es la incredulidad con que recibirían a Obuchi los mercados financieros. Japón atraviesa una aguda recesión, festoneada de quiebras y desempleo de nuevo cuño. La banca japonesa exhibe un profundo cáncer, contabilizado en billonarios préstamos incobrables.
A estas dos angustias ciudadanas responden casi exclusivamente los programas de los tres candidatos en liza. Con una receta común: salir de la recesión estimulando la demanda interna. ¿Cómo? Bajando los impuestos de sociedades y sobre la renta de las personas físicas para tirar del estancado consumo. Y compensando esos menores ingresos con inyecciones públicas que se financiarán vía endeudamiento.
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