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Entrevista:

"Madrid carga con culpas que no tiene"

Lleva 30 años sintiéndose madrileño de ida y vuelta. Este verano anda refugiado en un pueblo de su León natal, allá donde no cuaja el verano y los teléfonos móviles pierden su cobertura. ¿Vacaciones? No exactamente. "Los escritores no libramos, somos autónomos". El autor de La lluvia amarilla o Escenas del cine mudo ve recopiladas en un libro las impresiones de 30 personajes que contemplaron Madrid desde su condición de espías, geógrafos, escritores, diplomáticos y vividores. Desde Camilo Borghese (nuncio del papa ClementeVIII) hasta Pablo Neruda, León Trotski o Alejandro Dumas, pasando por Hemingway. Viajeros de Madrid, así se llama el volumen, es una serie de artículos publicados en el desaparecido periódico Villa de Madrid a mediados de los ochenta. El libro repite la intención de brindar por la ciudad que el escritor leonés, nacido en 1955, escogió para vivir sin perder su condición de viajero. Llamazares tenía sólo 12 años cuando vino por vez primera.Pregunta. ¿Qué impresión le causó la ciudad?

Respuesta. Llegaba de noche en autobús camino de un internado de El Pardo, donde estudié el bachillerato; al salir del túnel de Guadarrama y ver de fondo todas aquellas luces, me pareció estar delante de una gigantesca pantalla de cine.

P. Parece que a Madrid nadie viaja si no es con una intención concreta.

R. Sí. Tiene ese perfil de tierra prometida donde todos vienen a tocar el cielo. Eso tiene mucho que ver con la idea de la capitalidad. Pero, para bien o para mal, los viajeros de Madrid han sido innumerables. Repaso las crónicas de treinta de ellos, más famosos y menos conocidos. Así he buscado pintar la evolución de la ciudad a partir de los últimos cinco siglos.

P. ¿Qué época le habría gustado conocer?

R. No lo sé muy bien, Madrid es como un hojaldre. Por eso, tantas veces decimos "los Madriles". Me atrae bastante el bullir de la época republicana pero, quién sabe, el tiempo lo mitifica todo.

P. Dice usted que hay un Madrid real y otro artificial.

R. Está el Madrid con historia y ése otro creado sólo por ser el kilómetro cero de un país. Y en este aspecto resulta una ciudad mal entendida. Arrastra los tópicos, carga con culpas que no tiene. Algunos nacionalismos tratan a Madrid con poquísimo respeto.

P. ¿Qué dicen los viajeros de su libro?

R. Hay de todo. Madrid es una ciudad muy encerrada en sí misma, de paisajes a veces un tanto desagradables. Puede dar una primera impresión hostil, pero hay en todos los viajeros una impresión común, incluso tras las más duras travesías: Madrid es como Palmira en mitad del desierto. Ésta es la esencia del libro. En los ochenta se acuñó una frase sabia: "Madrid me mata". Pero, eso sí, jamás te deja morir de forma vegetativa. Es amargura y placer en una misma ciudad.

Viajeros de Madrid. Editorial Ollero y Ramos. 2.000 pesetas.

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