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Los esfuerzos de saneamiento duplican las playas vascas aptas para el baño

El estado sanitario de las 52 playas del litoral vasco ha experimentado en los últimos siete años una notable mejoría, gracias al importante esfuerzo inversor en materia de infraestructuras de sanemiento realizado por los ayuntamientos y diputaciones, entre las que destacan las estaciones de tratamiento de aguas residuales. Según los datos ofecidos ayer por el consejero de Sanidad, Iñaki Azkuna, la diez playas en las que en 1990 la calidad de agua era óptima -lo que se denomina baño libre- se han convertido ahora en 18. Por el contrario, las 21 playas donde el baño se desaconsejaba por motivos sanitarios se han reducido a nueve. El consejero, que presentó un informe sobre la calidad de las aguas en las playas y las piscinas de Euskadi, admitió que los análisis realizados a principios de la temporada de baños suelen ser mejores que cuando está avanzada. Estos datos disparan el número de playas cuyo baño es totalmente libre a 38 y reduce las no aptas a dos. A pesar de estas buenas perspectivas, en la mitad de las playas del País Vasco se recomienda un baño con precaución; es decir, no permanecer más de 15 minutos en el agua y ducharse después de cada baño ante el riesgo de padecer afecciones cutáneas. PASA A LA PÁGINA 8

Más de diez millones de personas acudieron a las playas el año pasado

VIENE DE LA PÁGINA 1 "De un país tan sucio como el que teníamos, hemos mejorado sensiblemente". Así de claro se expresó Iñaki Azkuna para subrayar lo difícil que ha sido recuperar algunas playas, especialmente las afectadas por las consecuencias de la actividad industrial concentrada en la ría de Bilbao, cuya calidad de agua es hoy aceptable. La construcción de depuradoras de aguas residuales, que eran la principal causa de contaminación de las playas, ha sido el principal dactor para su mejora. En Vizcaya funcionan ya a pleno rendimiento las estaciones de Bakio, Galindo, Gorliz, Laga, Lekeitio, Muskiz y Sopela. A ellas se sumarán las que se encuentran en fase de construcción: Ea, Galindo (2ª fase) y Laida. El objetivo es cumplir las previsiones hechas para del próximo año 2000: que el 80% de las aguas residuales del territorio vizcaino estén depuradas. En los últimos tres años la Diputación ha invertido 6.000 millones de pesetas en este tipo de infraestructuras. Las playas guipuzcoanas de Deba, Zarauz y La Zurriola han notado una sensible mejoría con el funcionamiento de las estaciones de tratamiento de vertidos, en los dos primeros casos, y con la emisión en alta mar de las aguas residuales, en el caso de la nueva playa donostiarra. Playas olvidadas de análisis El año pasado, en el periodo comprendido entre los meses de junio y setiembre, más de diez millones de personas acudieron a las playas vascas. Estos lugares de la costa son cada vez más frecuentados, como lo demuestran las estadísticas de las diputaciones. De ahí que desde el Departamento de Sanidad se extremen las medidas para evitar el contagio de enfermedades infecciosas producidas por la mala calidad del agua y que pueden ocasionar transtornos en la piel y las mucosas, conjuntivitis y gastroenteritis. Los análisis realizados en estos primeros días de temporada sólo deseconsejan el baño en la playa vizcaína de Toña (Sukarrieta). Sin embargo, las calificaciones sanitarias se olvidan de otros ocho puntos en los que no se realiza ningún tipo de análisis: las playas de Las Arenas (Getxo), Meñakoz y Barrika (Barrika), Arminza (Lemoiz), San Cristóbal (Busturia), Kanala (Sukarrieta), Kanalape (Arteaga) y Ogeia (Ispaster). Otro de los factores que contribuye a catalogar una playa como buena, mejorable o mala son los servicios e infraetructuras con que éstas cuentan. Es decir, si la playa está señalizada o no, si cuenta con servicios de vigilancia y salvamento, duchas, papeleras, servicios de limpieza de basura y de arena, etc. Por poner un ejemplo, el Ayuntamiento de San Sebastián gasta 170 millones de pesetas al año en la limpieza diaria y el mantenimiento de los servicios playeros. En este sentido, las playas vascas también reflejan una mejora en estos últimos siete años, aunque todavía tres de ellas están catalogadas como malas y casi el 60% son mejorables. Convenio con los socorristas Desde 1988, las instituciones mantienen un convenio de colaboración con los equipos de salvamento y socorrismo, que en el caso vizcaíno recae en la Federación de Salvamento, y en la Cruz roja del Mar y la DYA, en el guipuzcoano. A cambio, el Departamento de Sanidad colabora en la formación que se imparte a los socorristas. La pasada temporada se registraron en las playas vascas más de 18.000 accidentes, ninguno de ellos mortales. La mayoría fueron cortes y heridas sin importancia, traumatismos y picaduras de medusas, salvarios o insectos. "Nosotros sólo ejercemos de notarios", sentenció Iñaki Azkuna. El mérito de la mejora en la calidad de las playas, aclaró el consejero, no radica en el Departamento de Sanidad, cuya labor únicamente consiste en medir cómo están las aguas, sino en el esfuerzo que realizan las instituciones municipales y forales.

Consejos a los bañistas

Uno de los principales atractivos de cualquier playa es el baño. Toda una ceremonia que año tras año congrega a expertos nadadores y absolutos neófitos en el periodo estival. Sin embargo,el mar es imprevisible. Las corrientes, los cambios de tempertaura, las galernas, la calidad del agua, las medusas y demás peligros obligan a las instituciones a insistir en una serie de recomendaciones. La primera de todas, no por repetida, deja de ser la más importante: seguir siempre las indicaciones de los socorristas, prestando especial atención a las banderas y señales que indican el estado de la mar y la calidad del agua. Si ondea la bandera roja, ya se sabe, prohibido el baño. Otro de los peligros radica en la prolongada exposición al sol y la tentación de arrojarse directamente al mar para refrescarse. Por eso se insiste en entrar lentamente al agua y respetar el periodo de digestión, especialmente después de comidas copiosas. Es decir: precaución, seguir las reglas y sentido común.

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