Explotación infantil o política
Esta semana que acaba, un diputado de IU por Granada, previa conferencia de prensa convocada al efecto, ha denunciado que niños, mujeres y jubilados trabajan a destajo limpiando cebollas. Se lo había contado un amigo y sin pasar por la nave -sería extraterrestre porque Baza está a un pie de Graná- y sin encomendarse a dios ni al diablo, lo ha puesto en conocimiento de toda Andalucía y, desde luego, del explotador, si es que lo había. La ha fastidiado. Si era cierta la noticia no han quedado en la nave más que las cebollas y, cerca, el diputado. Si no era verdad, con estas cosas no se juega. Parece que no es verdad, ya que las investigaciones llevadas a cabo no han detectado ni mujeres, ni jubilados, ni niños (60, 80) que limpiaran cebollas, sólo cinco que acompañaban a sus padres. Ahora que las consejerías de Asuntos Sociales y Medio Ambiente han llegado a un acuerdo para que los menores que dañen el ecosistema le coloquen el eco al sistema, podría el señor Vaquero promover una ley para que quienes hagan estas cositas limpien cebollas. Ha empezado el verano. Es tiempo de comer sardinas, melón, cervecitas, ensaladilla, gazpacho y cuidarnos de las motos náuticas que intentan despejar las dudas que podamos tener en la cabeza los bañistas. Este diputado también las ha despejado. No interesa la explotación infantil, porque hubiera denunciado los hechos en la Inspección de Trabajo o en el Juzgado. La explotación es un delito castigado por el Código Penal y debe conocerlo. Lo que sí es seguro es que estamos en época de cebollas, que el caldo que dan es muy bueno para la circulación, su olor para quitar la tos y, fritas con huevos, están que se salen. Es verano. Como esta noticia habrá más. En primavera fue Bartolo, ahora Vaquero, después ya veremos.Mientras tanto muchos niños seguirán mendigando y explotados, pero de esto sólo nos acordamos cuando atraviesa España la "marcha contra la explotación infantil en el mundo". Hecha la foto, termina el interés. Así se desprende del comportamiento de algunas personas que hacen su política, que es el arte de gobernar. Pues vale.
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