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La comisión de quejas británica ve poca diferencia entre prensa seria y tabloides

La mayoría de las reclamaciones que recibe la comisión de quejas sobre la prensa del Reino Unido "son contra los diarios que tratan de traspasar la frontera entre periodismo serio y el tabloide", aseguró ayer su presidente, John Wakeham (ex político conservador inglés), durante el curso La credibilidad de los medios de comunicación en España, que se celebra en El Escorial (Madrid). "Hasta cierto punto los periódicos tabloides no son los peores. Lo que ocurre con frecuencia es que ante los casos escabrosos o difíciles el diario serio prefiere no salir el primero, espera a que la historia la levante un tabloide y al día siguiente sale él con una investigación tan profunda que llega a invadir derechos inviolables. No existe una gran diferencia entre cualquiera de los periódicos", subrayó.Y tras declarar su "respeto" hacia los tabloides reconoció que éstos son agresivos, "pero intentan quedarse en el lado correcto de la línea". Los periódicos serios - que presentan la historia de diferente manera y se dirigen a otro público- "desprecian a los tabloides, pero al final llegan a lo mismo", insistió.

La comisión de quejas -creada en 1991 y que se rige por un código ético redactado y aceptado por la industria periodística- está integrada por 16 miembros, nueve de los cuales nada tienen que ver con la prensa (funcionarios jubilados, jefes sindicales, arzobispos) y siete son directores de diarios nombrados por el sector periodístico, que financia la comisión con 1,5 millones de libras esterlinas anuales (37,5 millones de pesetas).

El buen funcionamiento de este organismo radica, según Wakeham, en que no tiene poder legal -"un procedimiento legislativo es muy costoso, sólo lo podrían pagar los villanos"-, sino autoridad moral.

La comisión recibe al año 3.000 reclamaciones, el 90% de las cuales pertenece a "gente corriente"; un 5% a famosos y otro 5% a organizaciones de activistas. El 70% de las quejas son sobre faltas de precisión en la información; un 15% sobre intromisiones en la vida privada; y un 5% por acoso y discriminación. La mayoría de las quejas se resuelven por voluntad de las partes -periódico y lector- y una minoría acaba en los tribunales.

Si el periódico es considerado culpable, el procedimiento sancionador que sigue obliga a su director a publicar al día siguiente ampliamente la sentencia. Wakeham considera que los directores culpables preferirían pagar una multa "a someterse a un juicio de sus compañeros".

La comisión, "que busca proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad", es especialmente dura contra las ventas de historias que afectan a niños, violaciones, enfermos mentales y discriminaciones raciales. "La mayoría de las historias de niños son vendidas por compañeros acusicas", dijo Wakeham.

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