_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las dos premoniciones

Pedro Gorospe

El pasado mes de marzo fue premonitorio para el lehendakari. Primero adelantó, tras el fracaso de la Mesa de Ajuria Enea, que la ruptura del diálogo entre los partidos iba "a generar unas graves consecuencias". Poco después, refiriéndose a sus sensaciones personales dijo: "Intelectualmente me encuentro muy bien, pero físicamente no tan bien". Aquellas dos sentencias han marcado el final de la legislatura. La ruptura del diálogo entre los partidos democráticos ha generado toda una serie de iniciativas que han acabado con una fórmula de Gobierno que parecía fabricada a prueba de bombas. Junto a la crisis institucional, el lehendakari también intuyó su crisis de salud. Las dos hernias discales, que ya le habían dado algún que otro problema, atacaron a la vez, y le impidieron intervenir al cien por cien en la crisis de su Gabinete. "La primera reacción del lehendakari a la salida del PSE fue de cabreo, y luego ya lo asumió con cierta resignación", indican fuentes próximas. De nada sirvieron los mensajes que le llevaron a Nicolás Redondo los colaboradores de Ardanza, ni tampoco la carta remitida en el último momento. El consuelo que le queda a Ardanza es que la relación entre los consejeros fue respetuosa y leal. La despedida en el hospital fue emocionada, y todos los consejeros, a iniciativa de los del PNV, almorzaron dos días después de la ruptura en un restaurante de Vitoria. Uno de los asuntos que más rabia le dio al lehendakari fue, a pesar de todo, no poder despedir personalmente a los diputados vascos en un Parlamento que le había elegido por tres veces consecutivas como el máximo representante de la comunidad autónoma vasca. "A pesar de la importancia de esos hechos, lo verdaderamente fundamental es su recuperación", dicen sus colaboradores. "Ahí se juega la calidad de vida futura".

Más información
Medio año nefasto deslustra el balance final de los doce años de gobierno de Ardanza
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_