Sectores del Gobierno ven el relevo de Rodríguez como un aviso a Cascos
Sectores del Gobierno y del PP interpretan el relevo de Miguel Ángel Rodríguez por Josep Piqué como portavoz como un aviso al estilo político del vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos. José María Aznar ha elegido una imagen más centrista e institucional para representar al Ejecutivo, encarnada por Piqué, en contraste con el talante radical y partidista de Rodríguez y del propio Cascos. El secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, es uno de los candidatos a la Secretaría de Estado de Comunicación.
José María Aznar había asumido desde su victoria electoral la comodidad que le representaba Miguel Ángel Rodríguez, un portavoz que opinaba sobre todo y le descargaba de las complicadas tareas de la comunicación, Pero las encuestas, especialmente el barómetro de mayo del CIS, le hicieron plegarse a las presiones de sectores moderados del Gobierno y del PP, así como de los socios nacionalistas, que le solicitaban el cambio de imagen.El presidente ha concluido que una condición necesaria, pero no obligatoriamente suficiente, para despegar respecto al PSOE le supone un sacrificio en su comodidad y ha optado por el eslabón más débil, Rodríguez, que, al no tener a nadie detrás, al menos no le origina ningún coste político. Algo que no le sucedería con Francisco Álvarez Cascos, que une a su tarea de vicepresidente la de secretario general del partido. Pero en el Ejecutivo y el PP hay una importante corriente de opinión que estima que, si la nueva cara del Ejecutivo es un perfil como el de Josep Piqué, moderado y centrista, Cascos tendrá que cambiar su estilo desabrido si no quiere verse aislado progresivamente de la nueva pauta gubernamental. El propio vicepresidente dijo ayer en Chantada (Lugo) que Piqué tiene "todas las garantías de hacer un trabajo con enorme eficacia y brillantez".
El realce del ministro de Industria y nuevo portavoz del Gobierno, Piqué, se manifestará con su inminente incorporación al sanedrín que rige la política gubernamental, las reuniones de maitines de los lunes, en las que Aznar se rodea ahora de una mayoría moderada -el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato; los ministros del Interior, Jaime Mayor, y Administraciones Públicas, Mariano Rajoy; el coordinador general del PP, Ángel Acebes, y el portavoz parlamentario, Luis de Grandes-. Cascos es, en estos momentos, la excepción radical.
Piqué alternará su función de titular de Industria -su sede seguirá estando en este ministerio- con la portavocía del Ejecutivo. Le asistirá un secretario de Estado de Comunicación, cuyas funciones se centratrán en la coordinación informativa de los ministerios. Este cargo será desempeñado por un hombre de plena confianza de Aznar.
En medios gubernamentales se barajaba ayer para ese puesto el nombre del secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, un hombre moderado y discreto que se ha ganado la confianza de Aznar en estos dos años de Gobierno.
Zarzalejos, vasco y alto funcionario de la Administración, conoce al dedillo el problema terrorista y es una persona muy vinculada por talante y origen al ministro del Interior, Jaime Mayor.
El martes, en la última comparecencia de Rodríguez ante los periodistas, previa al anuncio de su dimisión, el entonces portavoz manifestó que, tras las vacaciones, será el Gabinete en su conjunto el que tome la iniciativa y los ministros politizarán sus intervenciones y logros ante la precampaña electoral vasca y, más tarde, de los restantes comicios. Rodríguez dio a entender con ello que el papel de difundir la política del Ejecutivo saldría de los cauces limitados de la portavocía. De hecho, algunos ministros, como Rajoy, hace ya algún tiempo que vienen ejerciendo una función suplementaria de explicación y definición de la política general que practica el Gobierno.
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