_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Autonomía cuestionada

Al alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, le sacaron del pleno con un telefonazo para recomendarle que no se precipitara en la adjudicación de un plan de actuación urbanística que afecta a 700.000 metros cuadrados y que implica un volumen de negocio de decenas de miles de millones de pesetas. A la alcaldesa de Valencia no fue preciso que nadie le llamara. Se basta y se sobra. Rita Barberá ha liberado 28.000 metros cuadrados de suelo municipal a una promotora para que lleve a cabo la Esfera Armilar, un proyecto que nadie quiere por el coste que supone. En el Ayuntamiento de la capital, además, son tan estupendos que han puesto a las zorras a cuidar las gallinas; de tal suerte que los promotores vigilarán a los funcionarios que, en teoría, deben velar porque aquellos cumplan la normativa urbanística. El mundo al revés. A estas alturas ya resulta pura retórica el preguntarse quién manda aquí. El entramado de intereses empresariales y políticos es tan inmenso y está tan embrollado que resulta imposible separar lo público de lo privado. El resultado de esta funesta práctica no es otro que el de la quiebra de la imprescindible autonomía política institucional, un requisito básico en cualquier sistema democrático. Las interferencias y las presiones de grupos financieros y empresariales sobre los representantes públicos son escandalosos de tan evidentes. La aparente docilidad de los políticos ante las exigencias de estos grupos de presión dice mucho más de la dependencia de los primeros respecto de los segundos que cualquier investigación. Si por sus hechos los conoceréis, a no pocos cargos institucionales se les ve el plumero a varios kilómetros de distancia. Aunque en esta ocasión no sea el caso del alcalde de Alicante. Díaz Alperi resiste, de momento, el diktat que le quieren imponer desde Valencia y aguanta el tirón. Hechos así contribuyen a reforzar la confianza de los ciudadanos con los políticos. Desgraciadamente, nos encontramos ante un comportamiento excepcional. La norma es muy otra.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_