Los tiroleses de Córdoba

Fuente Palmera (Córdoba, 9.711 habitantes, según el último padrón) celebró ayer los 231 años de su fundación como colonia y sus 230 años en conmemoración de la llegada de sus primeros pobladores, la mayoría de ellos de Francia, Bélgica, Alemania e Italia. Es una tradición que se mantiene, como queda dicho, desde hace más de dos siglos; un día, el 5 de julio, en el que el pueblo celebra su puesta en marcha como municipio, en el que ayer, con motivo de la festividad, la entrada a la piscina era gratuita. El 5 de julio de 1767 se fundó la colonia de Fuente Palmera. En el trono estaba Carlos III y a su alrededor ministros y consejeros de gran valía. Durante su reinado se estableció el alumbrado público, se construyeron carreteras y se protegió la agricultura. Entonces eran frecuentes los extensos tramos despoblados en los que eran habituales los asaltos, cuenta Francisco Tubio, cronista oficial de Fuente Palmera en su libro Historia de la colonia de Fuente Palmera (1768-1900). De ahí que se tomara la determinación de crear estas nuevas poblaciones atendiendo a la Instrucción de las nuevas poblaciones de Sierra Morena y fuero de sus pobladores. El municipio de Fuente Palmera cuenta con nueve aldeas: Cañada del Rabadán, Fuente Carreteros, La Herrería, Ochavillo del Río, Peñalosa, Silillos, La Ventilla, Villalón y Villar. Cuenta también el periodista Francisco Solano Marqués Cruz en su libro Pueblos cordobeses de la A a la Z que la colonia se fundó a propuesta del coronel Thurriegel y bajo la dirección de Pablo A. de Olavide mediante una cédula que también dio pie a la creación de los municipios de La Carlota y San Sebastián de los Ballesteros. Así, todavía se conservan en Fuente Palmera y en sus aldeas apellidos de origen centroeuropeo "que han ido limando con el tiempo su aspereza fonética", dice Márquez, "que hoy en día son los Hens, los Hilinger, los Etiens, los Mohigefer, los Toquinos, los Hermans", y otros. Y ayer, como casi siempre, Fuente Palmera volvió a recordar su fundación. Un día, como los anteriores también lleno de actos, a los que se unieron una treintena de vecinos y los cónsules en Sevilla de Italia, Alemania y Francia, José Carlos Ruiz-Verdejo, Gunter Kössliv y Denis Nartin, respectivamente, invitados por el alcalde, el socialista Antonio Guisado, feliz "por promocionar el pueblo y sus aldeas". Los interesados por festejar visitaron lo que ofrece la población, rica en olivar, cereales y embutidos. Toda la mañana se fue en visitas, más tarde una comida y la siesta. Durante toda la tarde no hubo ninguna celebración porque "aquí se duerme", dijo el alcalde. El que quisiera otra cosa tenía la posibilidad de la piscina, en la que no tenía que pagar. La noche se reservó para la celebración de un pleno extraordinario en la plaza Real, en la que el alcalde recordó el nacimiento de su ciudad y adelantó la posibilidad de hermanar al pueblo con otros alemanes, franceses, italianos y belgas que hace 230 años enviaron a sus vecinos a Fuente Palmera. Una de sus aldeas, Fuente Carreteros, es célebre por su tradicional Baile de los locos en el día de los Santos Inocentes. La vestimenta de los actuantes es de lo más pintoresca, cuenta Márquez: pañuelo en la cabeza, enaguas de cintura con profusión de encaje, bien almidonado; cintas rojas cruzándose en el pecho y la espalda, forradas de oros y abalorios; faja azul, medias blancas. "Total, un poema de color y de ritmo traído del Tirol, por aquellas buenas gentes que repoblaron este rincón en tiempos de Carlos III", dice el periodista.