El Festival de Vídeo apuesta por nuevas formas de producción musical

El jurado salió satisfecho de esta edición del Festival de Vídeo de Vitoria. "De los 66 trabajos que han acudido al concurso, hemos considerado interesante una tercera parte, lo que dice mucho de la calidad de los vídeos presentados", explicó el miembro del jurado Carlos Ameller. En el apartado de vídeo de creación también hubo primer premio doble para Cristo Cristal, de Eugeni Bonet y Paranomasia, de Juan Pablo Etcheberry, ambos barceloneses. Juanito, del madrileño Michel Rolland obtuvo el galardón al mejor vídeo de ficción, mientras que Made in Pain, del también barcelonés Eduardo Alfredo Bossie se llevó el premió a la mejor obra con letra en euskera. El jurado, que completaban el actor Nancho Novo y el periodista Santi Carrillo, concedió un accésit a La mansión acelerada, de David Domingo Barrio. El Festival de Vídeo de Vitoria se ha desarrollado desde sus inicios alrededor de la producción musical; la revolución que supuso este soporte para la difusión de canciones por televisión condicionó lo que es una expresión artística mucho más abierta. Pero los recién premiados muestran un cambio de orientación: de aquellos galardones concedidos a Txus de La Polla Records, Torero, de Korroskada o Veneno en la Piel de Radio Futura, se ha llegado en esta edición a reconocer la obra de videoartistas que "trascienden el arquetipo del videoclip promocional", en palabras de Carlos Ameller, profesor en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Así, Stone of head, de Josu Venero, aunque se basa en una canción del grupo Cancer Moon, "es un trabajo en el que no se ve la dependencia típica de una campaña de promoción", en palabras del portavoz del jurado. Obra arriesgada Por su parte, Parole, parole, de Estíbaliz Sadaba, es una obra mucho más arriesgada. "A partir de la canción de Mina, en versión italiana, el vídeo muestra una acción de la propia artista muy simple, muy directa, con contenidos de crítica feminista, aclaró Ameller, quien destaca estas obras sobre la escasa calidad del resto de los vídeos musicales entre los que se encuentran los de grupos y solistas tan dispares como Siniestro Total, Bumbury, Alaitz eta Maider, Dover o Los Fresones Rebeldes. Más fácil ha sido la decisión en el apartado de mejor vídeo de creación. En esta ocasión, también hubo que repartir el premio, ya que "hemos preferido distribuir en la medida que es muy difícil elegir entre dos trabajos con cualidades no comparables". El galardón al mejor vídeo de ficción, Juanito, de Michel Rolland, es una metáfora sobre el mito de Don Juan que según el jurado recoge con originalidad el contenido de este legendario personaje. Donde llegó la sorpresa fue en el mejor vídeo en euskera que el jurado concedió a una obra que no se había presentado en ese apartado, pero que estaba grabado utilizando la lengua vasca. El tribunal no había encontrado suficiente calidad en los cinco vídeos presentados y, sin embargo, sí que consideró que Made in pain, de Eduardo Alfredo Bossie, con un protagonista vascohablante y que acudía en el apartado de creación, merecía ese galardón. Carlos Ameller, una vez finlizado el Festival de Vídeo de Vitoria destacó la vitalidad de este medio de creación artística: "Se puede decir que el vídeo ya no está en la cresta de la ola, pero todavía tiene mucho campo que desarrollar, aunque tiene que buscar su lugar entre la televisión y los medios electrónicos". Para Ameller, tanto el vídeo y la televisión como la música y el resto de los medios electrónicos, sin olvidar Internet, "son el máximo exponente de nuestra época y todavía tienen muchas cosas que decir en campos que son ahora desconcidos, sobre todo en el terreno de la televisión".