Clinton considera vital la salud económica y la libertad de Hong Kong
"Hong Kong es un símbolo mundial del comercio, la empresa, la libertad y la interdependencia global", dijo ayer el presidente norteamericano, Bill Clinton, en la cena de gala que le ofreció Tung Chee-hwa, el jefe ejecutivo de la ex colonia británica elegido por el régimen comunista de Pekín. "Estados Unidos", añadió, "considera Hong Kong como vital no sólo para China y Asia, sino para EE UU y el mundo entero".
El presidente norteamericano culmina hoy en esa superpoblada metrópolis comercial y financiera su viaje de nueve días por China. Clinton corroboró al llegar a Hong Kong que Washington y Pekín se encaminan hacia una asociación estratégica. "Todo ha sido esperanzador y me hace pensar que podemos construir juntos un futuro más estable, próspero y libre", declaró en la cena que le ofreció Tung.El buen clima en el que se ha desarrollado la visita de Clinton al gran dragón asiático ha provocado cierta angustia en Japón, que teme ser desplazado por China como principal socio asiático de EE UU. Para tranquilar a los japoneses, Madeleine Albright anunció ayer que no regresará el sábado con Clinton a Washington, sino que volará desde Hong Kong a Tokyo. Allí dará cuenta al primer ministro Ryutaro Hashimoto de la visita a China de Clinton. Hashimoto viajará más tarde, el 22 de julio, a Washington para entrevistarse con Clinton.
Por el mero hecho de llegar a Hong Kong, Clinton hizo ayer historia. Es el primer presidente de EE UU que visita en el ejercicio de su cargo la que fue colonia británica. Aún más, el avión presidencial norteamericano, fue el primero en aterrizar en el nuevo aeropuerto Chek Lap Kok, que había sido inaugurado horas antes por el presidente chino Jiang Zemin.
En la cena que le ofreció Tung, Clinton pidió la ampliación de la democracia en Hong Kong hasta llegar a la elección por sufragio universal directo del jefe ejecutivo.
Clinton se verá hoy en el hotel en que está albergado con Martin Lee, el líder de las fuerzas democráticas de Hong Kong, cuyo partido sólo obtuvo 20 de los 60 escaños de la cámara legislativa elegida el pasado mayo pese a haber conseguido la mayoría del sufragio popular. Pero para no irritar a Pekín, la entrevista se celebrará en privado.
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