Corea del Sur pone en libertad a los prisioneros de conciencia

El presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung, ordenó el pasado miércoles la liberación de medio centenar de prisioneros políticos que, si son correctas las estimaciones de los grupos de derechos humanos, serían todos los presos de conciencia existentes en ese país asiático. La liberación incluye, incluso, a quienes se han negado a renunciar a sus creencias ideológicas. Sólo falta por precisar el momento en que va a producirse su salida de la cárcel.Según informaciones de la prensa local, el hombre considerado como el prisionero político más antiguo del mundo, Wu Yong-gak, se encuentra entre los liberados en la amnistía con la que Kim quiere marcar el 50º aniversario del país. Wu ha pasado cerca de cuarenta años confinado en solitario y sufre varias enfermedades, pero se ha negado a renunciar a su compromiso con la doctrina de Corea del Norte.

Ese compromiso fue lo que le impidió entrar en la anmistía decretada por Kim el pasado marzo, al acceder al poder, y que puso en la calle a 2.300 prisioneros, 74 de ellos de carácter político. Se les exigió entonces que renunciaran a sus convicciones ideológicas. En total, aquella amnistía alcanzó a 5,5 millones de personas, ya que entre los delitos que se perdonaron figuraban multas de tráfico y sanciones laborales a funcionarios públicos.

El propio presidente Kim fue un prisionero político, por lo que su decisión tiene una especial resonancia en una Corea que está dejando atrás su pasado político autoritario. El Gobierno ha decidido eliminar la vieja práctica de exigir a todos los presos políticos que firmen cartas de renuncia a sus creencias. La prensa local cita al ministro de Justicia, Park Sang-cheong, asegurando que "exigir a quienes violan la Ley de Seguridad Nacional que abandonen su ideología y sus creencias va en contra de la libertad de conciencia que garantiza la Constitución". De todas formas, el Gobierno continuará exigiendo a todos los liberados que respeten la citada ley. La polémica legislación ha sido utilizada para encarcelar a dirigentes laboristas y a quienes escuchan las emisiones de radio de Corea del Norte.