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Picoletos

DE PASADAEs julio mes francés, navarro y trianero, mes taimado y traicionero que como hace cuatro años arranca sin fútbol tras la borrachera mundialista. A julio lo dejas solo y es que no para, aviso para mareantes. Empezó julio del 92 con la muerte de Camarón y se abrieron las hojas del 97 juliano con la liberación de José Antonio Ortega Lara. Éxito sin precedentes para la Guardia Civil, que según el historiador Juan Ortiz Villalba "no se sublevó una sola vez en la historia de España". Hoy sería impensable la pregunta que el número de la Benemérita se hace en el poema de Lorca Escena del teniente coronel de la Guardia Civil, del libro Poema del cante jondo: "¿Y qué es un gitano?". Son los malos de ese poema, o del Romance de la Guardia Civil española que forma parte del Romancero Gitano, donde el poeta los imagina cortándole los pechos a Rosa la de los Camborios. En Granada nació otro teniente coronel de la Guardia Civil. Tres veces le traicionó la emoción en forma de lágrimas a José Carlos Díaz Trigo en su respuesta al homenaje que sus amigos le brindaron en la Venta Antequera, por donde debió vagar Ignacio Sánchez Mejías, ajeno a su llanto. Los que llegamos a Sevilla en el 77 guardamos una relación casi mágica con cifra tan redonda. Legalizaron al Pecé, volvió Tarradellas y el Betis ganó la primera Copa del Rey. Díaz Trigo, hijo de guardia civil en una endogamia made in Ahumada, se encargó de la seguridad de la Expo 92, participó en la desarticulación del sanguinario comando Andalucía de ETA y fue pieza angular del Plan Romero cada vez que esta tierra se hacía laberinto para dirigirse a la aldea de El Rocío. Dicen que ladinamente invitaba a su esposa a excursiones domingueras por la sierra que en realidad eran reconocimientos del terreno. Alma de Pepe Carvalho, estirpe de Sam Spade. No sólo hubo mandos en el homenaje. Mayte, guardia civil de a pie, estuvo destinada en Calafell, retiro veraniego del editor Carlos Barral. El teniente coronel sí tiene quien le escriba. Amparo Rubiales, roja legal desde aquel 77, le mandó un emotivo telegrama. Se va a Algeciras, la Tijuana de Europa, cuna de civilizaciones, tumba de desheredados. La realidad desatanizó el tricornio. La disolución de los cuerpos represivos pasó de ser proclama antifranquista a campaña publicitaria del Viagra. En la puerta de la Venta Antequera, un gitano preguntaba: ¿Y qué es un teniente coronel? FRANCISCO CORREAL

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