El Gobierno legalizará a los inmigrantes que se encerraron en la catedral malagueña

Cinco días después, se acabó el encierro. Los cerca de 210 inmigrantes subsaharianos indocumentados que llegaron a mediados de febrero a Málaga, procedentes de Ceuta y Melilla, y que han pasado por el centro de internamiento de Capuchinos, tendrán documentación. Las condiciones: estar limpios de antecedentes penales en España y haber solicitado la cédula de inscripción en la comisaría de Policía de Málaga. Así lo aseguró la Plataforma de Solidaridad con el Inmigrante, el colectivo que organizó el encierro en la catedral para protestar por estos ilegales que ni podían ser expulsados -sus países no los reconocía- ni estaban documentados. Estos resultados se conocieron después de que esta asociación tuviera una reunión el subdelegado del Gobierno en Málaga, Jorge Cabezas. A los que prueben con el pasaporte su nacionalidad se les dará un permiso de trabajo inicial en 48 horas; o lo que es lo mismo: tienen las puertas abiertas al permiso de residencia permanente. Los que no cumplan estos requisitos, sólo obtendrán un permiso de residencia por circunstancias excepcionales y una cédula de inscripción. "Me fío de la palabra que nos ha dado el subdelegado", manifestó José Luis Rodríguez Candela, presidente de Acoge, ante el miedo de algunos inmigrantes de que al entregar su pasaporte sean devueltos a sus países de origen. La Subdelegación se comprometió a darles manutención y alojamiento durante la tramitación de la documentación. Pero, eso sí, los inmigrantes han tenido que ceder en su pretensión de permanecer juntos y tendrán que dividirse entre Málaga, Sevilla, Granada y Huelva.