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Trimble teme un estallido de violencia en las marchas unionistas del Ulster

El líder protestante David Trimble todavía no ha jurado el cargo de ministro principal de la Asamblea autonómica que se acaba de elegir en Irlanda del Norte, pero ya ayer admitía que le acechan negros nubarrones. No tanto por la desastrosa división en las filas del protestantismo sino más bien el peligro de una explosión de violencia en los próximos días. Como tantas veces en el pasado, Trimble se apresuró a responsabilizar a los republicanos de ésas y otras calamidades en ciernes.Trimble hizo esa sombría advertencia en su primera entrevista con la televisión británica desde que el Partido Unionista del Ulster (UUP) obtuviese un ajustadísimo triunfo en los comicios de jueves, con 28 de los 108 escaños de la nueva Asamblea legislativa, que tendrá su primera sesión pasado mañana. "Espero que no se permita que las amenazas del movimiento republicano se materialicen", dijo, refiriéndose a planes de organizaciones católicas empeñadas en impedir las marchas protestantes de la Orden de Orange por los barrios católicos de todo el Ulster.

Trimble, que está bajo enorme presión de sus correligionarios para mantener invariable el itinerario y calendario de la temporada de desfiles, lanzó hace pocos días un dardo al presidente del Sinn Fein, Gerry Adams. Trimble cree que si Adams da instrucciones para que los católicos dejen pasar las marchas protestantes por las puertas de sus casas sin lanzar un solo botellazo, la paz en el Ulster estará garantizada. El futuro jefe de la asamblea autonómica recurrió para ello a una ácida frase: "Adams tiene que atar a sus perros".

La volátil cuestión de los desfiles -si se mantiene su ruta o se ordenan desvíos para evitar enfrentamientos- será decidida hoy en Belfast por una comisión especial, ante la cual los republicanos alegan desde hace décadas que las marchas son una provocación innecesaria. Los desfiles, que se realizan con fuerte despliegue policial para proteger a los protestantes, constituyen una ruidosa conmemoración veraniega de las victorias militares del rey protestante Guillermo de Orange sobre los irlandeses católicos en el siglo XVII. Tradicionalmente, el más tenso tiene como escenario Carvaghy Road, una avenida en el barrio católico de la localidad protestante de Portadown, en el condado de Armagh.

A menos que la comisión decida lo contrario, el desfile de Drumcree pasará por Carvaghy Road el próximo domingo.

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