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ÓSCAR TUSQUETS ARQUITECTO "Ir a la moda es la manera segura de no estar nunca de moda"

,A Óscar Tusquets (Barcelona, 1941) le precede una bien merecida fama de creador renacentista, bien por polifacético, bien por su apego a la estética clásica. Premio Nacional de Diseño, Premio Europeo Top Ten y Premio Nacional de Restauración, entre otros muchos galardones, ha concluido al fin su obra más esperada, el auditorio de Las Palmas. Pregunta. Arquitecto, diseñador, artista plástico... ¿Tiene tiempo para pensar? ¿Cómo se organiza? Respuesta. Lo de pensar es lo que lleva más tiempo. Yo me considero, en comparación con otras personas, un arquitecto relativamente lento. Tengo un equipo bastante pequeño y muy ligado a mí. El secreto está en la compenetración: a mi socio no le gusta coger un lápiz, y a mí me toca el trabajo creativo. P. ¿Cómo se huye de la tiranía de la moda? R. Lo peor que puede hacer uno es pensar que está fuera de la moda. La moda existe, tiene una fuerza tremenda. En arquitectura esta fuerza es especialmente absurda, porque cuando acabas el edificio ya ha pasado de moda, pero es la realidad y nos afecta a todos. Claro que ir a la moda es la manera segura de no estar nunca de moda. P. ¿Le han llamado arquitecto estrella? R. Me parecen muy bien los arquitectos estrella, pero yo no lo soy en absoluto, en el sentido académico. P. Hay quien dice que hace demasiadas concesiones al cliente... R. Para mucha gente, en cambio, soy un arquitecto exigente, que impone sus criterios. En algunos casos, al concluir una obra, el cliente me ha dicho: "Si te hubiera hecho más caso desde el principio, me habría ido mejor". Creo que soy muy dialogante y muy influenciable por el cliente, pero me irritan esos personajes siniestros del marketing, que traspasan su mal gusto al pueblo. El mercado siempre sorprende, y ellos pretenden convertirse en oráculos o algo así. P. ¿El diseño es su refugio creativo? R. El diseño me ha dado mucha libertad. Pero con la crisis de los últimos años el diseño, que siempre había sido impermeable al marketing, se ha vuelto más conservador. P. ¿Cuánto daño han hecho a la arquitectura los presupuestos exorbitantes? R. Mucho. Una cierta mala fama de los arquitectos se debe a ello. Creo que aquello que decía Maragall, "hay que multiplicar los presupuestos que nos presentan por el número pi", no sucede por ejemplo en Francia, donde el arquitecto puede pagar el exceso sobre los presupuestos iniciales. P. ¿Cuál es el precio de la madurez? R. Lo más difícil de hacerse mayor es mantener el entusiasmo. Ahora tengo más experiencia, acorto caminos, pero tengo que ser consciente de que el proyecto más serio que tengo en mi vida es saber envejecer la dignidad.

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