Lo que aprendió Eugenio
El chaval Eugenio de Mora les pegó un repaso a Joselito, en especial, y a Jesulín. En su primer toro instrumentó el natural con sumo gusto, practicando un toreo de sentimiento. Dibujó dos pases de pecho de antología. Dejó, además, en la tarde algunos buenos derechazos y naturales. En su segundo no sólo hizo su oficio en serio, y lo hizo mejor que sus dos compañeros de terna, como está dicho, sino que tiró de repertorio encimista, pero con un encimismo que si en Jesulín sonaba a náusea del otro barrio, en este muchacho toledano llegaba con ecos de gran valor.
Realmente, resulta un poco extraña la manera de instrumentar pases por parte de Joselito. Todo era fabricar posturas, y cuando llegaba el momento de pegar ese pase, resulta que volvía a ponerse a buscar posturas para poder pegar un pase, pase que, al fin, nunca acababa de llegar. Es cierto que ya ni mata. Alguien debería aconsejarle que busque una isla donde meditar sobre su profesión, su destino, y esas cosas de la vida. Define su toreo una idea: el bosquejo de un natural y paso atrás, otro bosquejo de natural y otro paso atrás.
S
Arjona / Joselito, Jesulín, Mora
Toros de Sánchez Arjona: anovillados, pobres de cabeza
Borregos, bobones, escasitos de fuerza. El 4° mansote. Potable el 5º Joselito:Pinchazo, delantera (ovación); golletazo infame (palmas). Jesulín: estocada caída (oreja); estocada contraria (dos orejas). Eugenio de Mora: siete pinchazos y media estocada (aviso) (ovación); pinchazo, estoconazo (dos orejas). Jesulín de Ubrique y Eugenio de Mora salieron a hombros.
Plaza de Tolosa
Última de Feria. 27 de junio. Tres cuartos de entrada.
Jesulín sigue poseyendo una legión de féminas que le son fieles. La prueba está en su primer toro: aun soltándole un sablazo en el brazuelo, las féminas tolosanas le regalaron una oreja. En su segundo, el mejor de la corrida (quiere decir, novillada) pasó un caso curioso: Jesulín le dijo a su picador que en vez de picarlo le chillara muy fuerte; y el picador le gritó, y esa fue la vara. O sea: un alfilerazo y a banderillas. Sobre esas bases se inició la faena del quinto toro. Derechazos, naturales, derechazos, naturales, y así hasta el hastío.
Babelia
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