"Al público le gusta el humor ligero como las tartas de crema"
A sus 49 años, Pepe Garamendy lleva 23 años viviendo en España, 12 de ellos en la capital. Tiene la doble nacionalidad argentina y española, pero se siente por encima de las nacionalidades y de las fronteras. Su especialidad: los one man shows corrosivos. En Madrid acaba de estrenar su último espectáculo, que se llama Suspiros de tango y de copla, una feroz crítica sobre el tanguero llorón y la tristeza de la mujer que canta la copla. Sus espectáculos los escribe él mismo. El humor le sirve como excusa para abordar temas muy serios que trascienden también las fronteras. Porque, al final, Garamendy resulta ser un hombre muy serio.Pregunta. ¿Cómo considera el humor en España?
Respuesta. Lo que gusta al público es el humor ligero como las tartas a la crema. A mí me dicen que para entender mi humor hay que pensar demasiado. Este comentario me molesta mucho, porque tampoco hay que ser un genio para captar mis chistes. No puedes dar el humor masticado, porque esto no tiene gracia.
P. ¿Y en Argentina cómo es el humor?
R. Se basa mucho en reírnos de nosotros mismos, somos muy del psicoanálisis. Me gusta citar el humor del cómico Enrique Pinti para explicar este fenómeno. Cuando asistes a uno de sus espectáculos es casi como si estuvieras en el gabinete de un psicoanalista. Pinti lleva 13 años en la cartera del mismo teatro y se lo pasa criticando muy duramente al argentino. Y la gente se ríe mucho. En Argentina vamos casi con un libro de Freud a la pescadería para analizar el trauma de la merluza y analizar si no tenía a un padre o una madre castrador.
P. ¿Suspiro de tango y de copla es sólo una crítica sobre estos dos géneros artísticos o es más?
R. Por supuesto es mucho más. Pero, para poder emitir una crítica sobre los demás, es preciso empezar con uno mismo. Puedo reírme del tanguero porque yo soy argentino, y después, reírme de la copla.
P. ¿Es una crítica sobre las nacionalidades?
R. Sí, sobre la tontería que generan. Yo, cuando oigo a argentinos decir "argentinerías" estúpidas, enseño las uñas y ataco. Me enfado mucho también con los españoles que me dicen que no puedo opinar sobre España porque soy extranjero. Primero, tengo la nacionalidad española desde hace 15 años, y, segundo, creo que media vida en España me da derecho a opinar sobre España. En Madrid sufro menos estas cosas, porque el madrileño no existe y aquí no se defiende las nacionalidades.
P. ¿Le gustaría montar un show sobre los españoles?
R. Sí, pero todavía me falta valentía y claridad.
P. ¿Por qué se vino aquí?
R. Me marché en 1975. En esa época pensaba que iba a haber un golpe de Estado en mi país y que Franco ya se iba a morir. Visto retrospectivamente, acerté bastante.
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