El "comando Donostia" ha asesinado a seis de los siete ediles del PP muertos por la banda etarra
El comando Donostia de ETA bate su propio historial macabro. A punto de cumplirse el aniversario del asesinato del edil de Ermua Miguel Ángel Blanco, el grupo más sanguinario de la organización terrorista ha matado a seis ediles populares. ETA ha usado históricamente a los pistoleros de este grupo para cometer atentados especialmente desestabilizadores. Ni la Ertzaintza, ni la Guardia Civil, ni la policía han hallado la llave para desbaratar este complejo criminal, encabezado por Xabier García Gaztelu, compuesto por grupos satélites de legales [no fichados] que mueve a unas 150 personas.
Los expertos antiterroristas de las diferentes policías que operan en Euskadi consideran que ETA ha conseguido tejer en Guipúzcoa una infraestructura bien organizada, con buena comunicación entre sí y con una manifiesta facilidad para golpear en momentos delicados. El objetivo preferente no ha variado y, cada vez que la dirección de la banda se propone algo, termina por conseguirlo. En esta ocasión, los miembros electos del Partido Popular y, sobre todo, los ediles de esta formación en Euskadi, son el objetivo preferente.ETA lo dice en sus comunicados, en sus documentos internos, y sus activistas se emplean a fondo para obtener el mayor número de datos para elevar su propio listón de muertos.
Las últimas desarticulaciones de los comandos Andalucía, Araba y Vizcaya confirman las órdenes de la cúpula de ETA. Los expertos antiterroristas tienen cajones enteros con planes de los terroristas: Croquis de seguimientos de cargos del PP, listas y direcciones de representantes de esta formación, fotografías e incluso filmaciones de miembros del PP.
Pese a que el Ministerio del Interior ha llegado a cifrar en 150 las personas que mueve el denominado complejo Donostia, las tres policías sólo han conseguido dejar en el comando pequeños arañazos, frente a los zarpazos del grupo que dirige el liberado (a sueldo de la organización) Xabier García Gaztelu, Txapote, nacido en Bilbao en febrero de 1966. De la dirección del grupo forman también parte la liberada Irantzu Gallastegi Sodupe, Amaia, nacida en Berango (Vizcaya) en 1973 y el activista José Luis Gueresta Mugica. La policía les responsabiliza al menos de los asesinatos de los ediles del PP Miguel Ángel Blanco, José Luis Caso y José Ignacio Iruretagoyena. Pese a que el núcleo del comando y sus satélites legales, laguntzailes (colaboradores), junto al grupo robacoches, los apoyos de información y cualquier tipo de infraestructura para cometer atentados o para salvaguardar la seguridad de los activistas mueve a 150 personas, las policías están encontrando multiples dificultades para encontrar la llave del complejo Donostia.
Fuentes de la lucha antiterrorista consideran que ETA tiene al menos dos grupos satélites formados por legales, uno de ellos que opera en la zona de la frontera hispano-francesa y otro en los municipios de la comarca del Gohierri. Junto a ellos, el comando Donostia ha conseguido movilizar a parte de sus activistas fuera de la provincia. De hecho, el atentado contra el edil de Unión del Pueblo Navarro (UPN) Tomás Caballero en Pamplona, en la misma semana de mayo en que también fue abatido el guardia civil retirado Alfonso Parada en Vitoria, es obra de activistas del Donostia, según la Ertzaintza y la policía. Es decir, este grupo ha conseguido un grado de movilidad que, por otra parte, estaba también en el modus operandi del comando Araba, recientemente desarticulado. Frente a esta sensación de impunidad del comando Donostia, los golpes policiales han sido escasos. A la vista de la rápida recuperación, este grupo aguantó bien las caídas de marzo de 1997, cuando la policía detuvo a Fernando Elejalde después de atentar contra Francisco Javier Gómez Elosegui, psicólogo de la prisión donostiarra de Martutene. Justo un año antes, la Ertzaintza desarticuló en marzo el comando Donostia y detuvo a su liberado Valentín Lasarte, implicado en el asesinato del concel del PP Gregorio Ordóñez en enero de 1995, y a otras cinco personas. La última operación contra ETA en Guipúzcoa se produjo el pasado 3 de mayo, cuando la Guardia Civil arrestó a dos presuntos legales cuando iban a lanzar dos granadas contra las viviendas militares del cuartel de Loyola. Momentos después, fueron detenidos otros dos supuestos miembros del grupo satélite.
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