Carta abierta a Diego Such
Señor conseller: A través de los medios de comunicación y del diario de sesiones de las Cortes Valencianas, hemos tenido conocimiento de su comparecencia ante la Comisión de Industria y de sus intenciones respecto de los sistemas de cogeneración implantados en la industria azulejera de Castellón. Damos por sentado que dado el alcance y trascendencia de esta decisión, se trata de una política energética asumida por el Gobierno valenciano, cosa que nos llena de preocupación por las diversas razones que pasamos a exponerle. 1. La industria azulejera, por sus características intrínsecas, constituye un sector altamente consumidor de energía. La introducción de tecnologías recuperadoras del calor producido en los hornos para transformarlo en energía eléctrica, es un factor importantísimo de corrección de los impactos ambientales que toda industria energívora provoca. Al mismo tiempo, la reducción de los altos costos energéticos inherentes al proceso de producción, conseguidos al adoptar los sistemas de cogeneración, han tenido un efecto doblemente beneficioso sobre la economía de las empresas y sobre el medio ambiente. 2. Los niveles de competitividad alcanzados por este sector, su capacidad exportadora y la población trabajadora que emplea, lo han constituido en un buque insignia de la industria valenciana. Es necesario mantener esta posición de privilegio que se ha conquistado con esfuerzo y buen hacer en el mercado mundial y al Gobierno valenciano le corresponde no introducir elementos de distorsión que pudieran poner en peligro el futuro del sector. 3. Los factores de tipo ambiental no son ajenos al impulso que ha alcanzado el sector. Los sistemas de cogeneración constituyen en sí mismos, además de una fuente de beneficios económicos, una fuente de beneficios ambientales, cuya magnitud se ha de valorar como muy positiva. De no ser así, estaríamos ante un sector industrial altamente ineficiente y despilfarrador de energía que entraría, de inmediato, en una peligrosa contradicción con los nuevos criterios industriales que está estableciendo la Unión Europea. Afortunadamente, no es así. 4. Todas las nuevas disposiciones emanadas de los organismos internacionales y también de la Unión Europea, suponen una seria advertencia a todos los sectores industriales con el fin de que adopten medidas de prevención de los impactos ambientales de sus actividades. Existe al respecto la suficiente legislación como para que no pueda ser obviada por ninguna autoridad política o administrativa y mucho menos por todo un conseller de Industria. 5. Europa y el Estado español como corresponsable en el contexto europeo, ha contraído importantes compromisos en la pasada Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático celebrada en Kyoto, donde se limitaban las emisiones de CO2. Los sistemas de cogeneración de la industria azulejera están contribuyendo, precisamente, a reducir la contaminación atmosférica y en concreto las emisiones de CO2 causantes del cambio climático. Por lo tanto, cualquier modificación de la política energética ha de caminar en la dirección de los acuerdos de Kyoto y no en dirección contraria a éstos, como se pretende hacer. 6. Los países mediterráneos en general y el País Valenciano en particular, serán, según estimaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, algunas de las grandes regiones del planeta donde se esperan y de hecho se están ya produciendo mayores impactos como consecuencia del cambio del clima. Cuestionar los sistemas de cogeneración de la industria azulejera constituye una grave irresponsabilidad y una sangrante ausencia de solidaridad con el resto del planeta y con nosotros mismos. 7. Los sistemas de cogeneración están contribuyendo a un mejor funcionamiento de la balanza de pagos. Recuperando energía que de otra manera se lanzaría en forma de calor a la atmósfera incrementando el impacto ambiental, están también contribuyendo a reducir las compras de combustibles fósiles y el endeudamiento derivado de su adquisición. Así pues, incrementar decididamente los equipamientos para cogenerar debería constituir, sin lugar a dudas, un objetivo energético de primer orden. 8. Todos los sectores industriales europeos, y la industria valenciana no es una excepción, se hallan ante un reto vital. La progresiva entrada en vigor del Sistema Europeo de Gestión y Auditoría Ambiental (EMAS), de la norma internacional (ISO 14001) y de la directiva de Control y Prevención Integrada de la Contaminación (IPPC) sitúan a las empresas ante un marco competitivo inédito hasta ahora, de manera que, aquellas empresas que no tengan certificados ambientalmente sus procesos de producción, además de enfrentarse a toda clase de sanciones, van inexorablemente a perder competitividad y por tanto cuota de mercado, hasta quedar completamente arrinconadas y en grave peligro de desaparición. Un proceso de producción que optimice el consumo de energía supone un factor inequívoco de calidad y eso, señor conseller, corre un grave peligro de llevarse a cabo sus pretensiones, explicitadas en la Comisión de Industria y Energía de las Cortes. 9. Los sistemas de contabilidad que utiliza la Administración están obsoletos al no contabilizar los costos ambientales y las deseconomías que genera el propio sistema de producción. Por lo tanto, al hablar de costos del KW / hora producido por cogeneración, se utilizan aquellas magnitudes económicas que interesan. Porque, ¿ dónde están reflejados los costos ambientales evitados por la cogeneración? ¿Y los costos evitados en pérdida de salud de la población? ¿Y aquellos costos sociales por destrucción de recursos? Sencillamente en ningún sitio. Ésta es la trampa de su contabilidad, señor conseller. En resumen. La única industria que sobrevivirá en el futuro será aquella que adapte sus procesos de producción a las inaplazables demandas ambientales, a los criterios de sostenibilidad que poco a poco se están inexorablemente imponiendo. Los gobiernos y las administraciones son los responsables de que la industria valenciana en general y la azulejera (que lleva un importante camino recorrido) en particular, esté a la altura de los nuevos retos. Todo ello se une a la imperiosa necesidad de impulsar un ambicioso plan que saque a las energías renovables del estado de postración en que se encuentran. Le emplazamos, por tanto, a que modifique sus intenciones y comience a diseñar una política energética consensuada y debatida con todos los agentes sociales implicados.
Fernando Rodrigo Cencillo es secretario de Medio Ambiente y Salud Laboral de CC OO-PV.
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