Prodi salva "in extremis" su Gobierno y logra el apoyo a la ampliación de la OTAN
El Gobierno italiano superó ayer in extremis la votación parlamentaria sobre la ampliación de la OTAN, tras una jornada marcada por la tensión, las negociaciones entre bastidores y las peticiones de dimisión. El Ejecutivo presidido por Romano Prodi evitó su caída gracias a los 32 votos del partido de corte centrista Unión Democrática para la República, fundado hace pocas semanas por el ex presidente de la República Francesco Cossiga, y la abstención de la mayor parte de los 200 diputados de la oposición derechista. La Liga Norte de Umberto Bossi y Refundación Comunista votaron en contra.
La votación, que se efectuó tras el apasionante partido de fútbol Italia-Austria en el Mundial, había provocado una escisión en la mayoría parlamentaria sobre la que se apoya el Gobierno de centro-izquierda, una vez que los neocomunistas anunciaron su decisión de votar en contra de la ampliación. El éxito final de la votación (310 votos a favor, 79 en contra y 195 abstenciones) no puede borrar, sin embargo, la delicada posición en la que queda Prodi ante los otros miembros de la Alianza Atlántica.El grupo de Cossiga optó por el sí una vez que Prodi aceptó la petición del viejo político italiano de abrir un turno de conversaciones con cada uno de los partidos representados en la Cámara baja y pedirle personalmente el voto desde la tribuna parlamentaria, cosa que Prodi hizo sin mayores esfuerzos. Cumplir con las exigencias de Cossiga significó que la votación quedara pospuesta hasta después de las 19.30.
Cossiga, de 69 años, un viejo político de la República italiana se convirtió así en el verdadero arbitro de la situación en la Cámara de Diputados desde cuya tribuna Romano Prodi había lamentado el abandono del Partido de Refundación Comunista y había reclamado el apoyo de la oposición "por el bien de Italia".
Este último llamamiento de Prodi logró sus frutos y los tres partidos del Polo (Forza Italia, Alianza Nacional y el Centro Cristiano Demócrata) que, al conocer el apoyo de Cossiga y la imposibilidad de derribar el Gobierno, decidieron abstenerse en una votación que viene a refrendar una decisión con la que no pueden estar más de acuerdo: el ingreso en la Alianza, previsto para 1999, de la República Checa, Hungría y Polonia.
El suspense se mantuvo hasta el final. El líder de la coalición conservadora, Silvio Berlusconi, había amenazado a Prodi con un no masivo a menos que presentara la dimisión. La lógica negativa de Prodi a aceptar la propuesta dio paso el lunes a una serie de contactos semisecretos, conversaciones y negociaciones entre bastidores, entre colaboradores del primer ministro y Cossiga, desde un principio partidario de apoyar la ampliación de la OTAN. Sin embargo, la posición de Cossiga se había endurecido.
A lo largo del día se produjeron contactos entre Prodi y los grupos parlamentarios, y fueron evacuadas consultas con el presidente de la República Oscar Luigi Scalfaro. Berlusconi planteó a Scalfaro la "situación de inconstitucionalidad" de un Gobierno sin mayoría en política exterior. La respuesta del presidente llegó en un breve comunicado del Quirinal en el que se recordaba que el Jefe del Estado sólo puede intervenir en casos de dimisión del Ejecutivo o de triunfo de una moción de no confianza.
El más complacido con la situación era ayer el líder del Partido de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, que se esforzó en desdramatizar: "No hay problemas en la mayoría en torno a la OTAN. Ha sido una crisis artificial", declaró
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