Atónito

He quedado atónito ante lo que el arzobispo de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles, dice en la carta dominical (del 14 de junio) y que su periódico adelanta el día 10 de junio. No sólo falta al respeto a los diputados, elegidos democráticamente, sino que además interpreta errónea y apocalípticamente la ley del aborto y su ampliación. Para empezar querría decir que en este país se aprobó una ley del aborto hace años y, que yo sepa, aún nacen niños y lo seguirán haciendo, pese a la ampliación de dicha ley. Creo que este hombre se equivoca al decir que el que un niño nazca o no depende de la decisión de los demás, si entiende que esos demás son los señores diputados. El que un niño nazca depende de sus padres, y si los que deciden tomar la dura decisión de abortar lo realizan han de ser respetados tanto como los que toman la decisión contraria. Sólo los implicados han de tomar la decisión que crean correcta, y es misión del Estado facilitar los medios para que no se vean criticados por personas o instituciones que desconocen las circunstancias personales que les han llevado a tomar dicha decisión.- .