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Moscú "limpia" de vagabundos la ciudad ante los Juegos Mundiales

Las autoridades moscovitas asestaron dos duros golpes contra las personas sin casas, al ordenar la clausura de un puesto de Médicos Sin Fronteras y al prohibir al Centro de Ayuda Caritativa que siga dando de comer a los pobres. La medida se enmarca aparentemente en el programa de limpieza que está  aplicando el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, en vísperas de los Juegos Juveniles Mundiales que se celebrarán este verano en la capital rusa.Médicos Sin Fronteras atendía a los vagabundos en un autobús aparcado en la plaza Komsomlskaya, conocida también como de las Tres Estaciones, ya que allí se encuentran las terminales de Leningrado, Yaroslavl y Kazan. Además de darles tratamiento, voluntarios religiosos repartían comida a los numerosos vagabundos que hay en Moscú, que se espera sean deportados masivamente de la capital, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, por ejemplo, para los Juegos Olímpicos de 1980 en época soviética o para el 850º aniversario de la fundación de Moscú, celebrado el año pasado.

La policía ha reconocido indirectamente que piensa "limpiar de indeseables" la capital al advertir que en vísperas de los Juegos Juveniles aplicará  las reglas de residencia con mucha más severidad. Las autoridades de Moscú exigen un permiso especial para poder residir en la ciudad, a pesar de que el Tribunal Constitucional ha dictaminado que esta norma es ilegal. Todo ciudadano ruso que no tenga ese registro podrá ser multado o expulsado. En el caso de los vagabundos, son primero encerrados para comprobar si no han cometido delitos y después se les echa de Moscú.

Más de 7.000 personas han pasado por estos centros de internamiento en los cinco primeros meses del año y la cifra irá en aumento a medida que se acercan los Juegos, según pronostican los activistas de derechos humanos.

Amenazas "Nos han explicado que las autoridades no quieren mostrar a esta gente sucia a los invitados a los Juegos", declaró Namrud Negash, director del Centro de Ayuda Caritativa, que alimenta diariamente a 150 vagabundos en la plaza de las Tres Estaciones. Ahora, la policía ha amenazado a los voluntarios con detenerlos si continúan sirviendo comidas en la plaza. Y un miembro de Médicos Sin Fronteras denunció que fue intimidado por un policía, que los amenazó con tomar medidas drásticas si no se iban del lugar.

El general Alexandr Kulikov, jefe de la policía capitalina, explicó en una carta dirigida a Médicos Sin Fronteras que es necesario clausurar temporalmente su puesto de ayuda médica, donde atienden a 2.000 personas al mes, ya que éste representa un peligro para los jóvenes que llegan a los Juegos. "Las condiciones climáticas actuales facilitan la divulgación de las enfermedades infecciosas que tiene la gente que llega donde ustedes en busca de ayuda", señala Kulikov, citando la sarna, la sífilis y la tuberculosis.

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