ELA acusa a la patronal de querer un IRPF que castigue a las rentas bajas

El secretario general del sindicato ELA, José Elorrieta, acusó ayer a la patronal vasca Confebask de defender un IRPF que mantenga los aspectos más desfavorecedores para las rentas bajas del proyecto elaborado por las haciendas forales y además incorpore los que son más beneficiosos para los empresarios del impuesto estatal. Mientras, el vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, calificó de "posiciones legítimas" las críticas de sindicatos, patronal y otros agentes económicos contra su propuesta de reforma.

Elorrieta manifestó a Europa Press su convicción de que la patronal vasca pretende evitar "que el debate de la reforma tenga un tratamiento favorable a las rentas más bajas" e intenta disuadir a la Administración autónoma de "que no hagan suyas reflexiones que se han lanzado desde la perspectiva social". Agregó que, sin embargo, los empresarios "se atreven a más" y advirtió que la intención final de éstos es incluir los aspectos más beneficiosos para las rentas altas de "la reforma del PP". "Como la propuesta del PP es la más beneficiosa para ellos, hágase la misma reforma que la de los populares". En su opinión, la estrategia de la patronal vasca es "evidente: Da por ganados, por conquistados, los aspectos más antisociales del IRPF vasco y pretende cerrar la vía a una ulterior mejora en la clave que plantean los sindicatos para presionar para que se parezca lo más posible a la estatal". Para el dirigente del sindicato nacionalista, Confebask sólo defiende la capacidad de autonomía fiscal de Euskadi si se ve favorecida por sus exenciones y subvenciones. "Les interesa para que el impuesto de sociedades sea más bajo que el del Estado, para que el nivel de exenciones y subvenciones sea más alto, eso que se llama paraíso fiscal. Ahí son muy activos y muy autonomistas, pero cuando tienen que rascar su bolsillo y mantener un nivel de progresividad, inmediatamente se acuerdan de Madrid", dijo. Elorrieta exigió el desarrollo de un debate "desde la posición de una reforma más o menos social, capaz de hacer una política de solidaridad desde el punto de vista de los impuestos y de una reforma que no sea comparada con la del Estado, salvo que no se desee tener un régimen fiscal propio". La discusión no debería, en su opinión, centrarse sólo en ciertos aspectos, sino analizar "punto por punto". Así, y tomando como referencia las críticas de Confebask a la propuesta de IRPF vasco, pidió que se explique la razón por la que existe "un tratamiento inaceptable de los sistemas de pensiones individuales", y advirtió a la patronal que defender lo contrario "supone utilizar argumentos provocadores". Otros asuntos esenciales son, según Elorrieta, encontrar respuesta a la causa por la que la imposición a los dividendos "es tan baja, se intenta mantener la fiscalidad al desempleo o se acotan las exenciones en caso de despido". "Que Confebask diga que el IRPF va contra el empleo, cuando supone una pérdida de recaudación de 40.000 millones, que entre otras cosas va a afectar a la inversión pública, al empleo que se crea por esta vía y a las políticas incentivadoras para crear puestos de trabajo, nos parece tener mucha cara", concluyó. Por su parte, el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, indicó ayer en un acto político en La Arboleda que esta reforma perjudica a todos aquellos que ganen más de dos millones y medio y que supone una subida de impuestos y un peor trato fiscal para los vascos que en el resto del Estado. Tras afirmar que su partido no va a apoyar la reforma "como está presentada en estos momentos porque no queremos que suban los impuestos a los vascos", dijo: "Si el PNV quiere pactar con el PP para recomponer esta chapuza ellos ya saben donde estamos; nosotros no vamos a cerrar nunca las puertas".