Una ordenanza permite ya a los enfermos de sida acceder a piscinas

El Ayuntamiento ratificará en una ordenanza, que se aprobará en el pleno de junio, el derecho de los enfermos de sida a entrar en las piscinas municipales; hasta ahora la situación se regulaba por un decreto de urgencia.

En agosto de 1996, una madre y su hijo de cinco años intentaron entrar a una piscina municipal. Ambos estaban infectados por el virus del sida, y el celador de la entrada les impidió el acceso al recinto. La razón: en la ordenanza que por entonces regulaba este asunto se especificaba que nadie con enfermedades infecto-contagiosas podría pasar a las piscinas municipales.La madre denunció el hecho públicamente y, al día siguiente, el Ayuntamiento reaccionó: mediante un decreto de urgencia modificó el contenido de la ordenanza para permitir el acceso a las piscinas municipales a estas dos personas y, de paso, a todos los enfermos de sida.

La nueva ordenanza, que se aprobará en el pleno de junio y que pasó ayer el visto bueno de la Comisión de Salud y Consumo, especifica que cualquier aquejado de infecciones contagiosas que no se contagien por medio del agua o el intercambio de toallas o por medio de cualquier elemento común en las piscinas tiene derecho a entrar.

"Era algo justo que teníamos que llevar a cabo", dijo ayer el concejal de Salud, Simón Viñals, quien, amparándose en su condición de médico, añadió: "Las enfermedades que se pueden contagiar en una piscina son, por ejemplo, la varicela y los hongos en los pies".

Además del apartado referente al sida, la ordenanza también se ocupa de adaptar las normas de las piscinas públicas de comunidades de vecinos al reglamento de la Comunidad de Madrid: entre otras obligaciones, las piscinas que agrupen a más de 30 viviendas tienen que tener contratado a un socorrista.