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Educación confía que en septiembre esté aprobada la nueva selectividad

Libros y apuntes fuera. Cerca de 19.000 jóvenes valencianos, que han superado COU o su correspondiente bachillerato LOGSE, acudieron ayer a los aularios para realizar las pruebas de acceso universitario. Esta cantera de aspirantes a la Universidad conforma la última generación que se somete al viejo modelo de selección. Educación confía que la reforma de la selectividad esté lista en septiembre y adelanta que, pese a lo precipitado, estaría dispuesta a implantarla en la Comunidad, si los rectores lo aceptan.

La primera prueba a la que se enfrentaron ayer por la mañana los alumnos valencianos fue el examen de idioma extranjero y un comentario de texto. Tres intensas horas en las que cierto sudor frío se apoderaba de algunos de los jóvenes que aspiran a convertirse en universitarios durante los tres días que durarán los exámenes de la selectividad. Por la tarde, el calor hacía mella en los aularios instalados en los cinco campus y en los institutos de las tres provincias preparados para llevar a cabo las pruebas de acceso universitario. A las tres y media, la hora de la digestión pesada, la elección entre las pruebas de Física (para los procedentes de "ciencias") o de Literatura (para los de "letras"), se convertía en el plato fuerte de la tarde, antes de emprender el sprint final del primer día de selectividad con los exámenes de Biología o de Historia Contemporánea. Los nervios a flor de piel durante los próximos dos días -"No estoy muy satisfecho, me he puesto muy nervioso", decía Francisco J. P. a la salida del primer examen-. Todos saben que, de la calificación que obtengan, depende que puedan acceder a la carrera que han solicitado en primera opción. Los criterios ortográficos y lingüísticos de corrección establecen que, además de penalizar las faltas de ortografía y los acentos, se tendrá en cuenta la riqueza léxica, la corrección sintáctica y gramatical, la correcta puntuación y la presentación de los textos. Estos criterios puntuan hasta un máximo de cuatro puntos. La única novedad de este año es el código de barras para proteger la confidencialidad de las notas que se ha implantado entre el pequeño porcentaje de estudiantes que proceden del bachillerato LOGSE. El resto de las pruebas siguen el tradicional ritual de años anteriores. Con una diferencia: los casi 19.000 jóvenes valencianos que concurren a la selectividad son la última generación de aspirantes a universitarios que sigue el viejo modelo. La Dirección General de Universidades, que dirige Carmen Martorell, espera que la reforma de la selectividad esté aprobada en septiembre y, aunque reconoce que sería precipitado implantarla de inmediato, asume que es una decisión que tomarán los rectores.

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