Un centenar de muertos en los combates de Bissau

Los rebeldes del general Ansumane Mané cumplieron su última amenaza. La capital de Guinea-Bissau fue víctima ayer de un indiscrimando e intenso bombardeo desde las zonas controladas por los golpistas. Uno de los impactos afectó al edificio de la Embajada de EE UU, que anoche se encontraba en llamas. En los intercambios artilleros de las últimas horas han muerto 110 personas, según fuentes gubernamentales. «Están atacando todo, incluidos los barcos», aseguró un joven de Sierra Leona que logró salir del país. «Antes de que pudiéramos abandonar el puerto, tres obuses pasaron sobre nuestras cabezas», dijo el diplomático portugués Antonio Albino, uno de los 331 extranjeros de 30 nacionalidades diferentes (ninguno español) que ayer fue evacuado en un barco de guerra francés.

«Nuestro principal objetivo es el aeropuerto», aseguró ayer un oficial senegalés, cuyas tropas combaten junto a las del presidente de Guinea-Bissau, Joöao Bernardo Vieira. «Seguiremos hasta poder controlarlo», aseguró. El problema principal con el que se topan es que todos los accesos han sido minados y las posiciones de artillería se han visto reforzadas en las últimas horas.

Los primeros evacuados por barco a Senegal afirman que la ciudad (que hasta hace pocos días tenía 250.000 habitantes) sufre escasez de agua y de comida. Se calcula en 100.000 las personas que se han refugiado en el interior, dónde sólo se alimentan de arroz, o en los países vecinos. Las agencias humanitarias han expresado su temor a que broten epidemias de cólera o se agrave la situación de la malaria en esta ex colonia portuguesa, de un millón y medio de habitantes.