Los insumisos agredidos denuncian al director y a un celador de la cárcel militar
Los insumisos presos en la cárcel militar de Alcalá de Henares (Madrid) denunciaron ayer, ante el juez de vigilancia penitenciaria, la agresión de la que fueron objeto el pasado viernes por parte de un grupo de neonazis, la tercera en menos de una semana. Además de acusar a los agresores, los insumisos han denunciado la pasividad del director de la prisión, el coronel Jesús Ranera Alós, y de un funcionario que presenció la agresión sin tratar de impedirla.
La tensión entre los cuatro insumisos internos en la cárcel militar y media docena de reclusos de ideología ultraderechista -en-tre ellos, uno procesado por homicidio, y otro, por agresión con arma blanca- estalló el viernes por la tarde, después de que el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) denunciara públicamente las dos agresiones anteriores y un representante del Defensor del Pueblo acudiese al centro penitenciario para interesarse por el problema.Según un portavoz del MOC, dos de los insumisos, Plácido Ferrándiz y Ramiro Paz, fueron atacados en su celda por uno de los ultras en presencia de un funcionario de la prisión, que no hizo nada por evitarlo. Los insumisos tuvieron que ser trasladados a la enfermería, donde se hizo un parte que refleja sus lesiones. El agresor fue sorprendido más tarde intentando autolesionarse para simular que había sido atacado.
Ayer por la mañana, los insumisos fueron finalmente separados de los demás reclusos y se les cambiaron los turnos de comidas, duchas y patio para que no coincidieran con ellos.
A través de su abogado presentaron una denuncia ante el juez de vigilancia penitenciaria, en la que responsabilizan de lo sucedido no sólo a los agresores, sino también al director de la prisión y al funcionario presente.
Los insumisos acusan al coronel responsable del centro de no haber tomado medidas para evitar la escalada de insultos y agresiones, que han coincidido siempre con el mismo turno de celadores, y de poner a los demás internos en su contra, al atribuirles las restricciones en el uso del teléfono o la retirada de la máquina expendedora de tabaco.
También le recriminan impedir la entrada en prisión de libros y folletos de contenido pacifista, mientras se permite a los ultras la exhibición de banderas inconstitucionales y símbolos nazis.
El Movimiento contra la Intolerancia pidió ayer al ministro de Defensa, Eduardo Serra, la depuración de responsabilidades.
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