JUAN BONILLA ESCRITOR "La literatura española es cada vez menos ambiciosa"
El escritor andaluz Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) nutre su literatura "esencialmente de vida, pero no de realidad". En su afán por crear historias y personajes ha evolucionado desde la poesía hacia la literatura novelada. Se declara un lector empedernido, lo que le permite afirmar: "El problema de la literatura que se hace en España radica en que es, cada vez, menos ambiciosa". Bonilla participó ayer en una mesa redonda en San Sebastián, dentro de las jornadas sobre el proceso de creación literaria, que organiza Donostia Cultura. El libro de relatos El que apaga la luz, la novela Nadie conoce a nadie o los libros de poemas Partes de guerra forman parte del currículo literario de este escritor, que ve en la literatura un medio "para agrandar el mundo" y lamenta la obstinanción de hoy día en "empequeñecerlo". "Creo que existe una pérdida de referencia, que quizás se deba a que el escritor se ha convertido en una especie de figura pública", afirma. Bonilla considera imprescindible que el escritor tenga claro que "su papel nunca pasará de ser algo modesto. Lo último que debe permitirse", precisa "es dedicarse, como muchos de nuestros más afamados autores, a hacer homilías". En cierta manera se hace eco de la mirada ingenua de los profesionales de la literatura, que reivindicó el martes Juan José Millás en este mismo marco. Sin permitir que eso conlleve un cierto grado de humilad a la hora de sentarse ante una hoja en blanco. "En la soledad del trabajo uno debe procurar ser un master del Universo y luego bajar a la realidad y darse cuenta de que no pasa de ser un simio un poco avanzado". Bonilla muestra su preocupación por la situación de la literatura en España, que "es cada vez menos ambiciosa". Este reproche lo hace extensible a los jóvenes escritores de su generación. Bonilla ha evolucionado desde la poesía hacia la novela de una forma natural: "Como casi todo adolescente encontré en la poesía una especie de fuerza y economía que me bastaron en un principio, pero poco a poco, vi que para contar historias y crear personajes, la novela es un género más adecuado, igual que el reportaje". No huye de la complejidad estilística, pero evita los aditamentos que desdibujen sus historias. "Contar quiere decir enumerar, poner orden, cualquier caos gratuito no tiene que ver con ello". No obstante considera que sí existen momentos en los que se hace necesaria una "especie de aliento poético". Juan Bonilla mira "por el microscopio" para indagar en aquello que no sería capaz de ver desde su "propia estatura". Este escritor es exigente consigo mismo y con los que le rodean. Reprocha a los jóvenes de su generación una clara "falta de ambición". "Están dando exactamente lo que les piden que den, y esto, es penoso y peligroso a la vez".
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