Los pilotos de Air France vuelven al trabajo y aceptan siete años de congelación del sueldo
Sólo unas horas después de que sus portavoces proclamaran que irían "hasta el final", la mayor parte de los pilotos de Air France plegaron ayer velas y aceptaron siete años de congelación salarial y un acuerdo no muy diferente al que la dirección les propuso antes de la huelga de nueve días, aunque han conseguido evitar una escala salarial distinta para los pilotos más jóvenes. La gran mayoría de los 3.400 pilotos se reincorporó ayer al trabajo, pero Air France no normalizará su tráfico aéreo hasta dentro de dos días en los vuelos interiores y 72 horas en los intercontinentales.
Aislados política y sindicalmente y blanco creciente de las críticas de los otros 46.000 empleados de la compñaía, los pilotos representados por el sindicato mayoritario SNPL, terminaron por ceder y pactaron con celeridad una inmediata salida al conflicto en el transcurso de una reunión, casi secreta, culminada a las tres de la madrugada de ayer.Por el contrario, los sindicatos minoritarios de pilotos, que vienen a representar al 14%, rechazaron el texto y anunciaron su propósito de continuar el paro al que fueron inicialmente arrastrados por el SNPL.
El acuerdo suscrito por este sindicato no fija una reducción salarial del 15%, como pretendía la compañía al inicio del conflicto, pero establece la congelación salarial por un periodo de siete años, lo que viene a suponer una reducción de la masa salarial estimada entre el 12% y el 15%.
Los principales puntos del acuerdo son los siguientes:
Intercambio de acciones. El sindicato admite que el control de la evolución del coste de los pilotos es "una necesidad" y acepta el principio de la compra de una parte del capital de la compañía por los pilotos, mediante una fórmula de intercambio de salario por acciones. Este intercambio será voluntario y limitado a un periodo de siete años.
Salarios. Mantenimiento de la escala convencional de salarios de los pilotos, que será sometida a ajustes negociados. Supresión de la doble escala de remuneraciones dependiendo de la fecha de ingreso. Instauración, en contrapartida, de una escala de remuneración específica durante cinco años para los jóvenes pilotos, pero sólo cuando su formación inicial haya estado a cargo de Air France.
Otras medidas. Los puntos del acuerdo deberán ser aprobados por el Consejo de Administración. Habrá un acuerdo global plurianual para tratar el conjunto de medidas y establecer bases sólidas sobre las condiciones laborales.
A cambio de la rebaja salarial, con el propósito de vincularles a la suerte de la empresa, Air France ofrecía a estos empleados el 10% de las acciones de la compañía siempre que fueran adquiridas por la totalidad de los pilotos y conservadas a lo largo de su carrera profesional. El acuerdo elimina el carácter obligatorio de la adquisición del capital y reduce a siete años el periodo de posesión de los títulos. En lo que se refiere al salario de los nuevos pilotos, de entrada seguirá fijado en 350.000 francos brutos anuales (30.000 más que los contemplados en la doble escala salarial, y que equivalen a 8.750.000 pesetas), pero los nuevos contratados tendrán que pagar por su "formación práctica", lo que permitirá a Air France ahorrarse unos 40 millones de francos (1.000 millones de pesetas).
El desarrollo y concreción de este acuerdo genérico ha quedado pendiente de una posterior negociación. Ampliamente descalificados por sus compañeros de empresa, que han asumido la rebaja salarial y el aumento de la competitividad, los privilegiados pilotos de Air France, caracterizados como la "aristocracia aérea", han echado marcha atrás cuando han comprobado que el Gobierno estaba dispuesto a aguantar el pulso incluso durante las comprometidas fechas del Mundial de fútbol.
El apoyo expreso de Lionel Jospin al presidente de la compañía, Jean-Cyril Spinetta, les ha obligado a buscar una salida rápida antes de que su fuerza negociadora quedara rebajada.
Tanto Jean-Cyril Spinetta como Lionel Jospin subrayaron que el acuerdo permite a Air France cumplir con el programa de ahorro dirigido a descontar 500 millones de francos anuales (unos 12.500 millones de pesetas) de la nómina delos pilotos mejor pagados de Europa.
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